Por Ángela Chávez Molina
La inesperada derrota de Soledad Alvear en la contienda senatorial por Santiago Oriente, donde terminó imponiéndose -contra varios pronósticos- el PS Carlos Montes, no sólo golpeó a su partido, la Democracia Cristiana (DC), sino que también se convirtió en una suerte de batacazo para su marido, el ex presidente y líder de la falange, Gutenberg Martínez, quien -dicen en la tienda- desde hace un tiempo ha venido perdiendo “el poder y la influencia” que ejerció por muchos años.
Es más, quienes conocieron de cerca el ascendiente que el también ex diputado mantenía en las filas de la DC admiten que éste no solo ha perdido “influjo”, sino que también estaría cada día “un poco más solo”, pues quienes algunas vez estuvieron a su lado habrían tomado distancia y tendrían “vuelo propio”, como el actual titular del Senado, Jorge Pizarro.
Otros dirigentes DC, en tanto, dudan de la eventual pérdida de poder de Martínez y aludiendo al refrán de que “en política nadie muere”: admiten que el ex timonel sigue jugando un rol en la colectividad, pero ya no desde la primera fila.
En ese sentido, algunos miembros de la actual mesa directiva del partido, que encabeza el senador Ignacio Walker, confirman que el “Gute” sigue llamando para entregar su visión respecto del papel que debería jugar la DC frente a determinados debates. “Llama para dar a conocer su opinión sobre la política coyuntural y de futuro. Está preocupado de la visión humanista que debe entregar la DC”, dice un integrante de la mesa.
De ahí que no pasara desapercibido su reclamo sobre el supuesto favoritismo del comando presidencial para con el contrincante de Soledad Alvear.
Y es que el ex parlamentario que desde hace un tiempo no concede entrevistas, pero que cada 15 días participa como panelista del Primer Café de Radio Cooperativa -espacio donde acusó que “muchos” en la DC piensan que el “bacheletismo” favoreció a Montes-, con su comentario también se hizo cargo de la molestia que existía al interior de la falange con el trato que les habrían dado en el equipo de la candidata.
Otros tiempos
Pero más allá de ese episodio, en la DC también admiten que en tiempos en que los temas de la política los pone la calle, Gutenberg Martínez se habría quedado en el pasado, pues seguiría preocupado de la “lógica partidista interna”.
Sin embargo, fue esa capacidad la que le sirvió a inicios de la democracia y durante los gobiernos de Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz-Tagle, para levantarse como un “ícono” cuya voz había que escuchar.
La transición requería un acuerdo sólido entre el PS y la DC, y ahí Martínez jugó un rol importante, tanto desde la presidencia de la colectividad, como de la Cámara de Diputados, las que ocupó buena parte durante la década de los 90.
Fue en esa época en que el aparentemente otrora líder de la falange trazó vínculos con el senador Camilo Escalona (PS).
De hecho, Martínez fue uno de los primeros en plantear que Escalona tenía que ir en el cupo de la DC por la Octava Región Costa cuando la figura PS decidió no respostularse por la circunscripción que actualmente representa.
Pero el protagonismo que tuvo Martínez durante la transición es el que ya no sirve para estos tiempos. Tanto así que desde el mismo PS han puesto en duda la lógica del eje PS-DC. A ello se suma que la agenda valórica del país también ha cambiado: hoy se imponen los temas de las libertades públicas donde la DC también tiene que adoptar una posición y cuando ya hay varios dirigentes del partido que han asumido posiciones más progesistas.
Uno de ellos sería el diputado Aldo Cornejo, a quien en el pasado se lo identificaba como un cercano a Gutenberg Martínez, pero que a la fecha, no solo tendría su propia agenda como por ejemplo estar a favor del matrimonio igualitario, mientras que el ex presidente sigue oponiéndose a dicho vínculo.
Pero la lejanía del parlamentario con el “gutismo” también obedecería a un desencanto personal, puesto que no habría conseguido el apoyo de Martínez cuando intento disputarle la presidencia de la DC a Ignacio Walker en las pasadas elecciones internas.
A ese dato, otros agregan que Martínez “hace rato que no se la juega por nada”, pues está más preocupado de la Universidad Miguel de Cervantes que dirige y de estrechar sus vínculos con los organismos internacionales con los que mantiene una relación la DC chilena. En esa línea se enmarca el seminario que realizará con la CDU alemana en enero próximo.
De ahí que en la DC tampoco descartan del protagonismo que podría volver a tener Gutenberg Martínez, pues aunque ya no está en “la primera línea”, se mantiene vigente en las filas de la Democracia Cristiana y es uno de los autores del Plan Estrategico para el partido.
Reincorporando a dos colorines
En su Consejo Nacional del pasado lunes, la Democracia Cristiana no sólo celebró los resultados electorales alcanzados en la Cámara de Diputados donde además de aumentar su representación de 19 a 23, también consiguieron avanzar en el llamado recambio generacional, en al menos un 40%, y con ello bajar en 5 años el promedio de la bancada.
En la cita, que se extendió por varias horas, los consejeros también aprobaron la reincorporación de dos emblemáticas figuras DC, como Ramón Briones y Hernán Bosselin, quienes dejaron las filas del partido para acompañar al fallecido senador Adolfo Zaldívar, luego que este fuera expulsado de la colectividad, precisamente cuando la tienda era encabezada por Soledad Alvear.
Ambos abogados, que durante su exilio de la DC no se integraron a ningún otro partido, encabezan la defensa del candidato a diputado por el distrito 56, Adolfo Alvial, ante el Tricel, disputando votos con que inicialmente, habría sido electo, resultado que luego se revirtió.