Gastón Saavedra
Las condiciones naturales de Chile le han permitido desarrollar de manera competitiva una serie de actividades económicas, que se han convertido en claves para una mayor integración del país a una comunidad comercial cada vez más globalizada. Y en esto, que ha determinado la evolución del país evidenciada en las últimas décadas, la actividad portuaria ha jugado un rol fundamental.
Sin embargo, esto no ha ido en equilibrio con la evolución propia que han tenido las ciudades que cobijan toda la actividad portuaria, las que reciben gran parte de las externalidades negativas del ingreso y salida de productos. Y esto solo va en contra de un camino en común que deben transitar dos actores que necesitan el uno del otro y viceversa.
Los puertos son parte de la identidad de sus ciudades, definen su historia, la forma de vida y hasta el carácter de los habitantes de las ciudades portuarias. Es por esto que se debe propiciar un mecanismo que favorezca una convivencia armónica en favor de un crecimiento con sostenibilidad, y que los puertos se integren a la ciudad, a través del respeto de sus definiciones urbanas, sus resguardos patrimoniales y sus prioridades de desarrollo económico.
Más allá de los recursos que se deberían destinar para minimizar las externalidades negativas y que deberían provenir de lo que se les entrega al Fisco, es importante que las ciudades y sus representantes sean partícipes de las decisiones de ampliación de los espacios destinados para la actividad portuaria.
Consistente con esto, es que se debería modificar la Ley 19.542 que moderniza el sector portuario estatal, en el sentido que los alcaldes o un representante designado por la Municipalidad, participe de los directorios de las empresas portuarias con derecho a voz y voto.
Con esto, se aporta a la discusión con elementos prácticos sobre el efecto directo de las decisiones de desarrollo y operación de los puertos, y sobre el impacto que esto causa en la vida de las ciudades, desde un punto de vista urbano, patrimonial, ambiental, vial y social. Las ciudades tienen el derecho a estar informadas y participar de las decisiones de uno de los mayores centros operacionales que se insertan en su territorio y que afectan de manera decisiva su organización territorial.
Como una mirada de futuro, es importante que los municipios sean partícipes de las decisiones de los puertos, de modo de poder planificar adecuadamente el desarrollo de las ciudades de manera armónica con el desarrollo productivo de los puertos.