Cristián Saieh

De tributos, educación, mercados… y bombas

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Por: Cristián Saieh | Publicado: Miércoles 1 de octubre de 2014 a las 05:00 hrs.
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La vida en sociedad se caracteriza por la necesidad de estar en un estado de permanente coordinación de expectativas con personas que no conocemos. Las complejidades del entorno llevan a que no logremos aquellas colaboraciones que esperamos de otros, con pérdida de recursos y desgaste de relaciones. Hoy en Chile las dificultades en la concreción de acuerdos se deben al temor por una crisis económica profunda, fundada en la desaceleración, los cambios tributarios y los escándalos en el sistema financiero; y en las complejidades político sociales, cuyas causas son los problemas en educación, salud y seguridad. La confusión y la inseguridad se instalan en casi todos los estamentos sociales. Así, el conflicto de alta intensidad y violencia, incluso física -actos terroristas de por medio- es una realidad ineludible.

Resulta imperioso que todos los sectores reconsideren su actitud. En tanto chilenos, pareciera que nuestra aversión al conflicto nos inserta en un limbo entre la evasión y la confrontación que delata incapacidad de gestionar las posibilidades inherentes a dicha situación. Desafortunadamente, no son pocos los ejemplos que dan cuenta de cómo la búsqueda improvisada y apresurada por dar fin a un conflicto inhibe importantes posibilidades de generación de valor. La visión simplista y polarizada al momento de abordar reformas al sistema tributario, al de pensiones y al mercado laboral; las pugnas internas que debilitan políticamente a las coaliciones; el manejo indebido de recursos en el financiamiento de campañas políticas son sucesos que delatan una mala gestión del conflicto y el oportunismo de diversos grupos sociales.

Estas situaciones revelan que nuestros vínculos están fuertemente determinados por la desconfianza. Las investigaciones sociológicas demuestran que somos reacios a confiar en la información que nos entregan personas ajenas y que las redes conformadas por familiares y amistades íntimas muchas veces llevan al traspaso de información de forma indebida, un ejemplo es en el mercado de valores. Así podemos comprender que la desconfianza en la institucionalidad es un correlato de este fenómeno, que nos lleva hacia estrategias de solución de conflictos basadas en la imposición, cuyo ejemplo paradigmático es el frenesí legislativo del gobierno.

Ante reformas estructurales, resulta indispensable revalorizar el diálogo e intentar un acuerdo, quizá nacional, a la usanza de los 90; se trata de generar un espacio amplio en que se coordinan intereses, buscando opciones prudentes que generen valor para todos en los ámbitos en que se necesita obtener consensos más que disensos: seguridad, educación, orden económico, salud, mercado laboral y sistema de pensiones. La aplicación de estrategias de negociación cooperativa es una vía preferente para pensar un proyecto de desarrollo sustentable. Pero en lo referente a conductas que dañan al mercado –pollos, cascadas-; al sistema político – financiamiento irregular de campañas- o que generan temor en la ciudadanía –actos terroristas- un sistema judicial y regulador potente y decidido a sancionar drásticamente a los culpables, en el caso de comprobarse la comisión de ilegalidades, es indispensable.

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