Economistas, empresarios y políticos han puesto la voz de alerta sobre los efectos negativos que tendrá la reforma tributaria sobre la economía chilena. Diversos sectores han presentado sus inquietudes y algunos de ellos han logrado modificaciones. Sin embargo, las PYME aún no ven señales de que están siendo escuchadas. Medidas como el aumento del impuesto a las empresas y la eliminación del FUT, sólo frenarán el crecimiento de pequeñas y medianas empresas, trayendo como consecuencia la reducción de la industria nacional y el aumento del desempleo.
El FUT es usado por la mayoría de las PYME, no como una manera de eludir impuestos, sino como herramienta para evitar el endeudamiento. Apoyo los dichos de Juan Pablo Swett publicados en un medio de comunicación: las micro, pequeñas y medianas empresas no ven las utilidades declaradas en su balance a fin de mes, porque éstas no existen realmente en sus cuentas corrientes. La mayoría de estas empresas recibe los ingresos por sus ventas a 30, 60 ó 90 días, y su liquidez inmediata depende directamente de estos pagos. Si se ven obligadas a pagar impuestos mes a mes sobre el total de las utilidades reflejadas en el balance, necesariamente deberán endeudarse. Lo anterior empeora si se suma el aumento del impuesto a la renta de un 20% a un 25%.
En la propuesta de reforma, se reconoce un impacto negativo de la medida en las empresas de menor tamaño, pero se asegura que se implementarán medidas para paliarlo. Sin embargo, estas medidas sólo apoyan a las empresas cuyas ventas anuales no superan las 14.500 UTM ($601.300.500). De lo anterior podemos concluir que el gobierno considera que una empresa que vende 15.000 UTM ($622.035.000) al año está en similares condiciones que los mayores conglomerados y, por lo tanto, debe someterse a las mismas reglas.
Como parte de ese grupo de emprendedores, me atrevo a decir que este aumento tributario nos impactará profundamente y que se sumará a las dificultades económicas ya existentes que tenemos que enfrentar producto de una cancha que no se ha logrado nivelar. Esta reforma desconoce la importancia de las pequeñas y medianas empresas para el desarrollo económico del país y para la generación de empleos. Si bien es fundamental asegurar la supervivencia de las microempresas, no entregarle apoyo relevante a las PYME es negar la posibilidad de que exista mayor competencia en la industria nacional y de descentralizar el poder económico en Chile.