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Hidroaysén: el balazo en el pie del Sistema Nacional de Inversiones

El Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), administrado por Mideplan y la Dipres, ha permitido que el grueso de la inversión pública sea sujeto de un análisis apoyado en metodologías de evaluación social y en un esfuerzo de capacitación, con el concurso de universidades y consultoras especializadas.

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El Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), administrado por Mideplan y la Dipres, ha permitido que el grueso de la inversión pública sea sujeto de un análisis apoyado en metodologías de evaluación social y en un esfuerzo de capacitación, con el concurso de universidades y consultoras especializadas.

Existe consenso que el SNIP fue un aporte, privilegiando la mirada de la rentabilidad social de las inversiones por sobre otros métodos que implican arbitrariedad, presiones de grupos de interés, promesas electorales y otros que no necesariamente tienden a incrementar el bienestar social. Sin embargo, durante los últimos años se debilitó de distintas maneras. Por ejemplo, se han visto afectados el nivel jerárquico y la estabilidad en el tiempo de los analistas sectoriales.

El rol de estos analistas es clave: aportan la visión técnica y económico-social que permite cumplir los objetivos del SNIP. Esto es, eficiente asignación de recursos públicos, contribuir a aumentar el bienestar de la comunidad y transparentar el proceso de inversión pública. Uno de esos analistas es Gustavo Saldivia de la Serplac de Aysén, egresado de nuestro Postítulo en Preparación y Evaluación Social de Proyectos. Un buen alumno que, con esa formación, cuenta con herramientas por sobre el promedio de otros profesionales con experiencia en el SNIP y para qué comparar con las competencias de las autoridades políticas que hoy están por sobre él.

En este contexto, fue una desagradable sorpresa informarme que, tras declarar en la Cámara de Diputados respecto a HidroAysén, Saldivia criticó que las autoridades cambiaran su informe que mostraba observaciones al proyecto, destacando entre ellas la falta de certeza sobre el futuro de los vecinos de las zonas a inundar.

Señaló que “el calado de estas observaciones no son en ningún caso para aprobar”. Sin embargo, el informe que se hizo público fue favorable, porque “el jefe de gabinete del ministro ordenó cambiar el pronunciamiento”. Ante la negativa de Saldivia, la seremi de Serplac hizo los cambios, con lo cual la autoridad política disparó contra las bases del SNIP.

Casos similares se conocen en el Serviu y la Conaf de Aysén, pero si había una institución que debió velar por la excelencia soportando presiones esa era Mideplan. Esperemos que nuestro vapuleado SNIP pueda reponerse de esto.

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