Inversión en minería: la mirada australiana
Vicente Mira Vicepresidente ejecutivo Comité de Inversiones Extranjeras
Hace poco organizamos, como Comité de Inversiones Extranjeras, una gira de promoción de inversiones en Brisbane, Melbourne y Sydney. Con una agenda de alto nivel y una delegación chilena público-privada encabezada por el subsecretario de Minería, Ignacio Moreno, el presidente del Programa Nacional de Minería Alta Ley, Mauro Valdés, y representantes de Fundación Chile, Corfo y Minnovex, pudimos escuchar de primera fuente qué opinan los inversionistas australianos sobre nuestro país.
Reuniones uno a uno con empresas de las áreas de Minería, Energía, Tecnología, Gestión de Agua, Educación, Desarrollo y Sostenibilidad, visitas a compañías locales, así como encuentros con autoridades estatales y universitarias fueron parte de las actividades. Asimismo, fuimos oradores en la International Mining and Resources Conference (IMARC) en Melbourne, uno de los eventos mineros más relevantes del continente, y sostuvimos reuniones con los principales ejecutivos de las mineras que cuentan con presencia en Chile.
Australia es un inversionista relevante en Chile. Los capitales aussies cuentan con una presencia fundamental en nuestra minería, sector donde el país oceánico es un referente a nivel internacional. Por eso era importante tomar el pulso y conocer la visión de los inversionistas australianos sobre el Chile de 2015, especialmente considerando los desafíos en común que la minería de ambos países tiene.
Y las conclusiones son auspiciosas.
La minería es nuestra principal exportación y el sector que históricamente ha recibido la mayor cantidad de inversión extranjera (sólo entre 2009 y 2014 acumuló flujos por US$ 55.368 millones, un 45,4% del total). Para nadie es un misterio que la actividad minera internacional vive un momento de grandes desafíos, y el caso del cobre es emblemático: su precio ha retrocedido un 27% en 2015 y hoy la industria proyecta que su repunte sólo se producirá en unos dos años, un factor sumamente relevante si consideramos que nuestro país concentra alrededor de un 30% de los proyectos de inversión en el sector a nivel mundial hasta 2023 y una proporción similar de las reservas internacionales del metal rojo.
Los inversionistas mineros australianos no tienen tiempo para ser pesimistas. La minería es una industria que sabe de ciclos, y hoy su atención está enfocada en los años que vienen, lo que refuerza una de las principales características de este sector: su mirada de largo plazo. Y es cuando esa visión adquiere contexto, que nuestro país saca a relucir su trayectoria y estabilidad.
No existen dudas entre los inversionistas australianos sobre la idoneidad de Chile como receptor de inversiones mineras. Su visión del país es sumamente positiva, tanto desde un punto de vista financiero, como sobre sus políticas y proyecciones. Los desafíos en temas ambientales, comunitarios y de mercado también forman parte de su agenda local, y la manera de trabajar en esas áreas es similar a los esfuerzos que estamos desarrollando en el país actualmente. Esa mirada también se refuerza con las oportunidades y programas que pudimos promocionar.
Nuestro país cuenta con oportunidades concretas de inversión en el sector de los proveedores de la minería, rubro donde cada año se generan servicios por US$15 mil millones. Actualmente Chile no sólo es destino de estos servicios, sino también una plataforma privilegiada para proveer a otros países de la región. Por su parte, el Programa Nacional de Minería Alta Ley está coordinando un trabajo enfocado en cerrar las brechas que afectan la competitividad de la industria, lo que sumado a la reducción en los precios de la energía, gracias a las últimas licitaciones del área, es una señal potente del compromiso del país con la industria. Un compromiso que hemos renovado, y en el que seguiremos trabajando.