La última encuesta Adimark terminó por confirmar lo que ya venía anticipando semanalmente Cadem, en el sentido que la aprobación a la gestión de la Presidenta Michelle Bachelet vuelve a caer, cerrando el año con tan solo 24% de aprobación (71% de desaprobación). Con ello vuelve a su mínimo histórico e iguala el nivel más bajo registrado en su mandato, en agosto de 2015.
Algunos aventuraron hace unos meses -después de una pequeña inflexión- que la caída presidencial se había detenido y que cambiaría la tendencia. Pero no fue así. Ha vuelto a descender al piso del voto duro de izquierda que, independientemente de cómo sea el gobierno, siempre evaluará bien a un presidente de su sector. Por ello es muy difícil que un Mandatario de izquierda baje en estas encuestas del 25%. Confirma lo anterior el que la nueva caída se explique principalmente por una reducción en al aprobación del nivel socioeconómico más bajo (-6), en Santiago (-7) y entre los independientes (-5).
Cadem y Adimark del 2015 reafirman lo señalado en columnas anteriores. La próxima elección presidencial la decide nuestra clase media, los sectores mas moderados del país que quieren correcciones, no proyectos refundacionales con retroexcavadoras. Esta y no otras son las verdaderas causas de la mala evaluación que ha tenido el gobierno en la primera mitad de su mandato.
Hay un mensaje claro y sostenido de la ciudadanía a través de estos dos sondeos: la gente no quiere un segundo gobierno de la Nueva Mayoría. No se ve espacio político para un candidato que quiera profundizar el programa de la actual coalición, más aun cuando la gente perciba crecientemente que en él recaerá la tarea de sacar adelante una nueva Constitución.
Por el otro lado, la centro derecha avanza lentamente pero con solidez en la unidad y diversidad. Ha creado Chile Vamos, que ya tiene resuelto su mecanismo de nominación del candidato presidencial único, a través de una gran primaria como se realizó en el pasado. Todo indicaría que si participa el ex presidente Sebastián Piñera la ganaría.
También tenemos a Andrés Velasco, que de ir nuevamente creo que no cometerá el error de la vuelta anterior de participar en una primaria oficialista.
Por lo tanto, lo único que falta para que el escenario presidencial se despeje es saber si la NM va a tener primaria. Si la hacen, tendrían que resolver si dejan entrar a MEO, que cada vez tiene menos posibilidades de que se lo permitan. Dado lo anterior, las figuras presidenciales del oficialismo están bastante claras si optan por realizar primarias.
Los partidarios de la primaria son los que elegantemente se oponen a una candidatura del ex presidente Ricardo Lagos. Es sabido que él no se presentaría en el escenario actual de la Nueva Mayoría a una contienda competitiva, que puede terminar en un desprestigio generalizado de todos aquellos que participen. Y creo que a ningún evento si finalmente dejaran participar a Marco Enríquez-Ominami en ella. A su edad y dado el carácter de ex Mandatario, no creo que se exponga a ello.
Las dos figuras más competitivas si hacen primaria son la senadora Isabel Allende y el hijo del ex mandatario, el actual senador por la V Región, Ricardo Lagos Weber. Ambos terminan sus periodos senatoriales y deben decidir si van a la reelección. Con el cambio del sistema binominal, tienen prácticamente asegurada su reelección y pueden esperar cuatro años para enfrentar un desafío presidencial, en la mitad de su periodo senatorial. No veo en esta vuelta ninguna figura de la DC que pueda ganar una primaria competitiva de la NM.
Por lo tanto, la DC y el PPD se restarían fácilmente a no hacer una primaria en favor de una candidatura del ex presidente Ricardo Lagos. Falta esperar la definición del PS. Mejor dicho la de su presidenta, Isabel Allende. Si ella no baja su opción, arrastrando a la NM a una primaria, abortó la opción del ex presidente. Ella tiene la llave de quién será el próximo abanderado de la Concertación o NM. Si ella hace el gesto a favor de Lagos, el PPD y la DC no podrán insistir en una primaria.
Todo indica que el escenario finalmente será muy parecido a este análisis, más un outsider por la izquierda, sin ninguna opción. Segunda vuelta Piñera-Lagos. Ninguna retro en el mediano plazo.