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Los tiempos de la economía cuántica

SERGIO LEHMANN Economista jefe del Banco Bci

Por: SERGIO LEHMANN | Publicado: Martes 7 de noviembre de 2023 a las 04:00 hrs.
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SERGIO LEHMANN

A principios del siglo XX surgen las formulaciones que dan lugar a la mecánica cuántica, una de las ramas más fascinantes de la Física. En simple, esta disciplina aborda los fenómenos que se desarrollan a nivel atómico y subatómico, fuerzas y radiación electromagnética. Se observa que las energías que nacen de las interacciones a esta escala se disipan de forma discreta en paquetes llamados cuantos.

La teórica cuántica, y de allí su característica fundamental, sólo permite hacer cálculos probabilísticos, por lo que naturalmente no tenemos certezas. Se tiene que son ecuaciones de onda las que terminan definiendo la probabilidad de determinados eventos. Estos fenómenos, de cualquier forma, han sido clave para el desarrollo de la electrónica compleja, la inteligencia artificial e incluso para productos tan familiares como los computadores, teléfonos y televisores. Sus principales referentes son, entre otros, Einstein, Planck, de Broglie y Schrödinger.

“Los pulsos agitados del mercado denotan confusión, ansiedad y hasta alguna miopía. No se parece reconocer con suficiente convicción que la política monetaria le torcerá, más temprano que tarde, la mano a la inflación y se frenará la actividad en EEUU”.

¿Y qué tiene que ver esto con la economía? Los desarrollos económicos y financieros que han marcado los últimos años, con especial fuerza en lo más reciente, parecieran tener una buena dosis cuántica. Los fenómenos que hemos visto, como los movimientos del tipo de cambio, los ajustes en tasas de interés y las cifras de actividad, han dejado de ser lineales, en el sentido de que vemos ajustes discretos, con componentes de sorpresa, recogidos con especial sensibilidad por los mercados.

Los podemos reconocer, haciendo una analogía cuántica, como una suerte de bolsones o noticias que llevan a movimientos abruptos en los mercados. No tenemos certeza de lo que nos depara la economía, así como tampoco la respuesta de las variables financieras, pero sí podemos reconocer una distribución de probabilidades, que, a pesar de una alta dispersión, da cuenta de los escenarios más probables que se deberían dibujar en lo próximo.

Veamos en qué podemos notar esto. A nivel global, la dispersión en las proyecciones de la Fed norteamericana, en particular respecto de cómo se va a mover la tasa de política con miras hacia los próximos años, es inédita. Más aun cuando se trata precisamente de su principal herramienta para la conducción monetaria. El dinamismo de EEUU, a pesar de condiciones crediticias muy contractivas, resulta también peculiar, llevando al mercado a ser muy sensible frente a cualquier dato que se revele, ya sea del lado de la inflación o la actividad.

Por otro lado, se observan elevados riesgos globales, marcados por la guerra Israel-Hamás, la invasión de Ucrania, un sector inmobiliario chino que camina sobre la cuerda floja y presiones inflacionarias en el mundo desarrollado que no ceden con la rapidez necesaria. Nuestro Banco Central, en tanto, frente al panorama externo, optó por renunciar a la guía que repitió insistentemente para la tasa de interés y bajó el ritmo de recortes. Suspendió, además, su plan de recomposición de reservas internacionales. Revela con ello un foco muy puesto en el tipo de cambio en el contexto de su política monetaria. Un giro, al menos, llamativo.

Son tiempos desafiantes. Los pulsos agitados del mercado dan cuenta de confusión, ansiedad y hasta de alguna miopía en su mirada. No parece reconocer con suficiente convicción que la política monetaria le torcerá, más temprano que tarde, la mano a la inflación y se frenará la actividad en EEUU. Por ahora, seguiremos viendo alta volatilidad, inquietud frente a los riesgos y movimientos inesperados en las variables macro. Son los tiempos de la economía cuántica.

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