Padre Hugo Tagle

La fe en cuarentena

Padre Hugo Tagle @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 22 de marzo de 2021 a las 04:00 hrs.
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El Covid ha dejado en evidencia nuestras fragilidades y miedos. Pero redescubrimos también el papel de la familia, nuevas formas de trabajo, más flexibles; las prioridades de nuestras agendas, la relación con los vecinos. La solidaridad e interdependencia mundial. Nadie sale solo de esto.

Se ha hablado de fe y religión, de su libre ejercicio. Lo que hasta hace un año se daba por obvio, se volvió tema. Y candente ¿Es la práctica religiosa materia “de primera necesidad”? Ante las urgencias, se comprende la preocupación por poner coto a algunas libertades en pos de un bien mayor como es frenar la pandemia. Pero, ¿cuáles libertades? ¿de qué manera? No es tema fácil.

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Aquí, en las misas, eventos religiosos, se tocó un punto sensible. Enhorabuena. Si bien ya se corrigió y permitió la asistencia a misas con aforo limitado, bastante bajo por lo demás, queda la pregunta por la práctica religiosa. ¿Es tan importante como sociedad? Sí, lo es. Tanto más en tiempos complejos como los que vivimos. No sólo da sentido a la vida personal, aportando recursos para superar la finitud, temores e incertidumbres propias de la vida, sino que alimenta y fortalece los lazos comunitarios; genera consuelo y esperanza, más allá de la inmediatez y contingencia, y motiva para el obrar moral y recto.

A Chile no sólo le faltan mayor justicia, orden o agua. Le falta Dios y le sobran dioses. La intransigencia, intolerancia, arrogancia se han transformado en una suerte de práctica religiosa. El sabio es humilde, tolerante y lleno de preguntas; el ignorante soberbio, cegado de pseudo verdades. La religión es como la medicina: su justa medida, alivia y sana; su mala aplicación, enferma y mata.

Sí. Falta ese Dios que congrega, aúna y crea vínculos. El que trajo Jesús, recordándonos los lazos fraternos que unen; donde el saberse complementarios, parte de una familia común, no es apocar, sino dignificar lo humano.

De ahí que la experiencia comunitaria de la fe resulte esencial. Para los cristianos, la fe se vive en comunidad. El Padre nuestro está en plural. Seríamos un mejor país, más justo, si se viviera más en ese espíritu religioso, religante, que unifica y dignifica a la vez.

Habrá que aguzar la imaginación para, junto al buen proceso de vacunación, ir flexibilizando estas limitaciones, respetando las normas exigidas. Se habló de un carné, de que los mayores vacunados se puedan juntar, etc.

Pero algo positivo salió de esto. La inquietud queda en el aire. Valorar lo esencial e importante. Distinguir lo útil de lo valioso. Efectos secundarios del virus.

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