¿Políticos noventeros para el Chile de hoy?
Tomás Sánchez Emprendedor, co-fundador de alma suite En Twitter: @TomsAwaki
Antes era necesario escribir una carta al director de un diario o ser columnista para participar del debate nacional. Hablar directamente con un ministro era prácticamente imposible. Hoy basta Twitter para ambos casos. Organizar una marcha requería de un boca a boca eterno acompañado de un insufrible volanteo y carteles convocatorios, hoy simplemente compartimos un evento en Facebook. Consensuar un nuevo proyecto necesitaba de interminables reuniones; hoy sólo de Skype y Google Docs. Tal como nuestras amistades se vieron modificadas por las redes sociales, lo mismo pasa con nuestro quehacer púbico. Nos acostumbramos a una sociedad más horizontal, donde las relaciones son más igualitarias, donde todos tienen voz y cualquiera puede participar.
Sin embargo, algunos aún se asombran por las bajas tasas de aprobación al congreso y los partidos políticos. El mundo cambió y ellos siguen actuando como hace 20 años, pensando que con más leyes van a arreglar algo que ni siquiera saben donde está roto. Los partidos estaban llamados a ser la conexión del pueblo con las altas esferas públicas, pero hoy es todo lo contrario: enclaves ideológicos desconectados de la sociedad civil. Tanto que necesitan de semanas distritales, en vez de estar permanentemente conectados con sus supuestas comunidades. Hoy están ocupados de cómo perpetuarse en el poder sin pudor y mientras critican la colusión privada, dan clases magistrales de cómo secuestrar el aparato público.
Chile necesita que le devuelvan la confianza y para eso necesita de una renovación política urgente, con personas capaces de liderar el país bajo un nuevo paradigma social que simplemente los actuales políticos no entienden. Necesita de una nueva forma de establecer relaciones entre las personas y sus representantes, entre instituciones públicas y privadas. Para eso no necesitamos leyes, sino que instancias, físicas y digitales. Potenciar la participación con juntas de vecinos, alcaldías y regiones más empoderadas, no con un parlamento más grande. Chile necesita avanzar hacia la participación y la igualdad de la relaciones. Para ir al futuro no necesitamos tanto de tecnología, como de ganas de una nueva forma de hacer las cosas. Modernizar nuestra política necesita de votos de promuevan el recambio y políticos en constante diálogo con la ciudadanía.