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Columnistas

Preparando el año nuevo

Matías Madrid Economista Jefe Banco Penta

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 5 de noviembre de 2015 a las 04:00 hrs.

La mirada para 2016 no puede ser optimista: si bien es probable que la economía crezca algo más que este año, el resultado será nuevamente mediocre. Sin embargo, resulta realmente preocupante pensar que el factor interno será nuevamente una carga para alcanzar un mejor resultado.

A nivel local se ha instalado un escenario bastante particular. Es parte del origen del llamado “shock autónomo de confianza”, que definitivamente ha sido parte fundamental de la extensión y profundidad de la desaceleración actual. Es precisamente la falta de reconocimiento de su impacto lo que más llama la atención. Probablemente esto esté asociado a que, aparte de las encuestas, no ha existido hasta ahora un costo evidente para las autoridades de impulsar políticas que -guste o no- generan incertidumbre. La falta de reconocimiento de los costos se refleja por ejemplo en la satisfacción que existe por lo resultados de un estudio respecto a una reforma tributaria cuyo diseño ha tenido que ser reformulado estructuralmente. También se refleja en la propuesta de un diputado de revisar la propiedad de los medios de producción, lo que tiene como trasfondo la oportunidad que genera el proyecto de nueva constitución que nos garantizó incertidumbre por bastante tiempo producto de la indefinición en sus propuestas. Ni hablar de cuestionar la autonomía del Banco Central.

A parte de este escenario político, el sector externo no colaborará mucho a un mejor desempeño en 2016. El mundo crecería a una tasa marginalmente superior a la de 2015 y no será algo que cambie mucho el panorama. Más allá de los riesgos evidentes de China y los términos de intercambio, las condiciones de financiamiento para América Latina son un factor a observar dentro del contexto del inicio del proceso de normalización monetaria en Estados Unidos. Inicialmente no debería ser traumático aunque lamentablemente las expectativas de mercado respecto a la velocidad del proceso de normalización difieren bastante de lo proyectado por el Banco Central de Estados Unidos. Si la Fed decide reafirmar su visión se puede complicar el escenario.

A nivel local la política fiscal estará absolutamente acotada en 2016 si se quiere mantener la credibilidad en la regla de presupuesto estructural, considerando adicionalmente los optimistas supuestos de largo plazo utilizados. La política monetaria por su parte continuará contribuyendo e impulsando la demanda interna y el Banco Central no subiría más la Tasa de Política Monetaria hasta bien avanzado el año 2016. Al respecto, ya se hizo el trabajo de asegurar el compromiso con la inflación en 3,0% y aclarar que ven tendencias y no datos puntuales.

Da la impresión que nos estamos acostumbrando a un crecimiento mediocre. Esto probablemente porque hasta el momento no hay un costo evidente asociado a esto y al parecer dejar de ganar parece no ser lo mismo que perder. Espero equivocarme nuevamente respecto al dinamismo del empleo, pero sigue resultando muy difícil imaginar que la desaceleración actual no vaya impactar la tasa de desocupación el próximo año. Sería lamentable aprender a palos.

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