Mónica Reyes
Si consideramos lo que muestran las últimas cifras dadas a conocer por el INE respecto del desempleo en nuestro país, en el trimestre móvil abril – junio, podemos observar que dicha tasa se mantiene en un 6,5%, respecto del mismo periodo en el 2014. Si bien en el caso de los hombres, la desocupación disminuye 0,3 puntos porcentuales alcanzando un 5,9%, no ocurre lo mismo en el caso de las mujeres, donde muestra un aumento de 0,6 puntos porcentuales alcanzando un 7,4%.
Si la tasa de mujeres activas (mayores de 15 años) en 2013 era de 49%, según el Banco Mundial, y somos un grupo que está perdiendo fuerza, revirtiéndose la tendencia que se observó hasta 2014, debería ser una preocupación para la sociedad en su conjunto, comenzando por las autoridades, ya que sin duda este retroceso lleva a muchas familias a la pobreza, si consideramos que Chile es un país donde abundan los grupos familiares uniparentales sostenidos por jefas de hogar.
Dicho esto, y mientras una de las grandes polémicas se centra en la reforma laboral que, desgraciadamente, no contempla las necesidades que tenemos las mujeres para poder incorporarnos y permanecer en el mercado laboral; la pregunta es ¿qué necesitamos para poder hacerlo? Necesitamos capacitación, equidad salarial, flexibilidad, adaptabilidad y ayuda en el cuidado de los niños.
Se ha reiterado que ésta no es una reforma enfocada en el empleo y aquí hay una evidencia más de ello, desde un grupo que constituye prácticamente la mitad de la población y que debería traducirse en el 50% o más de la población activa. Otro enorme vacío que deja la reforma laboral.
Los países que van alcanzando el desarrollo contemplan la incorporación de las mujeres al trabajo como un hecho central para el crecimiento económico y el impulso de la productividad. Igualmente, se preocupan de alcanzar la equidad en las remuneraciones entre ambos sexos, así como de incorporar al sistema buenos seguros parentales que permitan compartir el cuidado de los niños entre el padre y la madre; y cuentan con leyes laborales flexibles que permiten adaptar la jornada laboral a las necesidades específicas de éstos.
Se han reiterado los diversos vacíos de la reforma en cuanto al empleo. Aquí dejo planteado uno más, que afecta a la mitad de la población a la hora de trabajar.