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Reforma previsional y empleo: cuestionables proyecciones

Karol Fernández, Doctora en Economía Universidad de Oxford, investigadora Centro de Políticas Públicas Universidad San Sebastián

Por: Karol Fernández | Publicado: Lunes 30 de enero de 2023 a las 04:00 hrs.
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Karol Fernández

Extrañeza causaron en la comunidad académica las estimaciones de Hacienda sobre el incremento del 2% del empleo formal que traería la reforma de pensiones en el largo plazo. Más cuestionado es el 10,7% que aumentaría el empleo formal para el quintil de menores ingresos. Esto, porque utilizando el mismo modelo, en 2017 el Banco Central (BCCh) -presidido entonces por el hoy ministro de Hacienda, Mario Marcel- encontró que bajo un esquema como el propuesto el empleo formal se reducía en 0,5%.

Ante la solicitud de distintos centros de estudios, el Gobierno organizó una serie de reuniones para mostrar los parámetros y supuestos empleados en su modelación. Este es un gesto en pro de la transparencia que se valora y da cuenta del interés genuino por avanzar hacia consensos en materia de pensiones, pero para seguir avanzando en esa dirección, es importante dar a conocer las limitaciones del modelo empleado y las razones que explicarían este resultado tan contraintuitivo.

“Sería de suma relevancia que el Ejecutivo diera a conocer un análisis de la sensibilidad ante diferentes valores de los parámetros clave para transparentar que destinar la cotización extra a un fondo común no conducirá necesariamente a un incremento del empleo formal”.

Primero, el modelo no se hace cargo de un largo período de transición (hasta el año 2090), en que una parte importante de la recaudación de la cotización adicional se destinaría a un esquema de reparto. Es decir, los resultados mostrados por Hacienda serían plausibles solo después de terminada esa transición, lo que nos deja ciegos sobre eventuales efectos que puedan existir durante los primeros 70 años del nuevo sistema previsional. Las estimaciones realizadas por el BCCh daban cuenta de que bajo un esquema de reparto caían el empleo formal (-2,2%), el ahorro como porcentaje del PIB (-1,3%) y el PIB (-2,8%), lo que hace pensar que tendríamos efectos similares durante la transición.

Segundo, la estimación hecha por Hacienda cambió uno de los parámetros clave del modelo (el llamado “velo”), que dice relación con la posibilidad de fricciones que causen que los trabajadores no internalicen perfectamente los beneficios del sistema de pensiones en sus decisiones. Más allá de que resulte cuestionable este cambio -muy conveniente para los resultados mostrados por el Gobierno-, es poco realista que el modelo asuma que esta fricción es igual cuando la cotización adicional se destina a un fondo común que cuando va a cuentas individuales. Sería esperable que los trabajadores interioricen más como propios los ahorros previsionales cuando estos van a su cuenta individual.

Tercero, Hacienda modificó la forma de medir el empleo formal. Mientras que el BCCh utilizaba una función en que éste se pondera por el nivel de productividad, Hacienda no realiza este ajuste. Si se realizara el ajuste por productividad, manteniendo todo lo demás constante, se obtendría que el empleo formal bajaría.

Así, los resultados mostrados por el Gobierno son cuestionables. Sería de suma relevancia que el Ejecutivo diera a conocer un análisis de la sensibilidad de dichos resultados ante diferentes valores de los parámetros clave para transparentar que destinar la cotización extra a un fondo común no conducirá necesariamente a un incremento del empleo formal.

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