Jaime Said
Una nueva generación de empresarios a cargo del gremio más importante del país es sin duda una buena noticia. Existe gente destacada en el mundo de los negocios que obtienen éxitos bastante visibles. Estos casos siempre hay que atraparlos para que dirijan a otros. Aquí afortunadamente los talentos brotan con abundancia y en forma orgánica. Particularmente cuando existen empresarios que comenzaron a desarrollarse con recursos muy discretos, esto los hace aún más valiosos.
Ellos han logrado convertir sus ideas en resultados tangibles y han logrado construir emprendimientos de gran valor para el país. Empresas contemporáneas como Sonda, Bosch y otras son un ejemplo de aquello. Le hacen bien al país, le dan energía limpia al sistema y los convierte en ejemplos a seguir. Al emerger este tipo de iniciativas que iluminan el camino a empresarios en materias de conductas sanas con sus trabajadores y familias, los hace merecedores del prestigio alcanzado.
Líderes chilenos como Andrés Navarro y otros quienes actualmente son candidatos al cargo de la máxima dirección de la Sociedad de Fomento Fabril merecen ser citados. Dan ganas de aplaudirles por su entusiasmo y valentía en tan difícil momento.
Creo que los empresarios chilenos deben reinventarse sobre sus tradiciones conservadoras, sobre la historia de grandes éxitos en Chile. Como creadores, educadores y generadores de empresas, sin duda, estos nuevos lideres tienen mucho que contribuir en esta materia. También debemos creer en la capacidad para dar trabajo; por ello es necesario una buena directiva en un gremio como Sofofa. Los candidatos mencionados han obtenido importantes resultados económicos en sus empresas y han contribuido al engrandecimiento de Chile. Siendo capaces de mantener una cultura transversal de impecable transparencia y de una moldura sólida en las empresas en que ejercen su liderazgo. Es ahí en donde se genera la verdadera confianza y es en ese lugar fértil donde se deben reconstruir los tejidos de una sociedad transparentemente sana.
En los últimos meses hemos visto cómo se ha desdibujado la escenografía empresarial chilena, mediante la aparición de empresas y personas denunciadas por malas prácticas. No puede ser que este espectáculo tan intenso y diverso se haya producido en tan corto tiempo, convirtiéndose en la noticia del día. Por otra parte no podemos aceptar que malas prácticas de algunos contaminen las buenas prácticas de la mayoría de los empresarios chilenos.
Siempre las reformas generan confusión, pero al igual que un terremoto esto sacude fuerte y luego pasa y las instituciones privadas quedan, así como los fiscalizadores deberán seguir haciendo su tarea dentro de un marco de fair play. La politización mediante persecuciones a personas y partidos políticos luce un perfil ideológico muy evidente, con el fin de promover una lucha de clases en pleno temporal, tema que en Chile no ocurrirá.
Esperemos que la nueva directiva de la Sociedad de Fomento Fabril se constituya con personas comprometidas en fomentar la industrialización de los bienes y servicios de Chile en forma moderna y logren darle una visión dinámica a este país en conjunto con el gobierno.