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Columnistas

Un nuevo, informado y joven inversionista

Jaime Iglesis Director Ejecutivo, PatagonLand Investment

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 29 de octubre de 2015 a las 04:00 hrs.

Jaime Iglesis

Desde el fin de la crisis subprime (2009) y el comienzo de una muy comentada posible burbuja inmobiliaria (2010-2014) somos testigos de un alza constante en los precios de los activos inmobiliarios, factores que nos tienen con los ojos bien puestos en este mercado y con muchas ganas de ser partícipes de los excedentes generados por dichas alzas. Si sumamos la "locura del IVA", desatada tras aprobarse la aplicación de este impuesto a la compra y venta de propiedades, la industria se pone aún más ágil.

Lo interesante es que todo esto ha hecho surgir un nuevo producto de inversión en Chile. Me refiero al de las rentas inmobiliarias residenciales. Comprar departamentos o casas con crédito, financiar la deuda con los arriendos generados por esta propiedad y luego "vivir de las rentas" de dicha inversión es el modelo del nuevo inversionista.

No son pocas las firmas inmobiliarias que hoy levantan edificios "tipo" -por ejemplo, departamentos pequeños cerca del Metro- pensando en este nuevo perfil de inversionista.

El prejuicio nos diría que hablamos de personas conservadoras, con cierto patrimonio, mayores, pensando en asegurar su herencia y su tránsito por la tercera y, ojo, cuarta edad. Según nos cuentan diversas investigaciones, la realidad es muy distinta.

Este nuevo inversionista es un personaje que se mueve, en un 80%, entre los 23 y los 35 años; en un 90% motivado por obtener un fondo de retiro paralelo a la jubilación y asegurarse un futuro más próspero. El 88% está focalizado en inversiones de largo plazo, un 9% en el mediano y corto plazo (pues venderá apenas los precios suban) y sólo la diferencia, el 3%, está pensando en comprar una propiedad para vivir en ella. Los sueldos promedio de este nuevo inversionista fluctúan en torno al $ 1,5 millón. Si pensamos que las proyecciones indican que los precios de las viviendas aumentarán entre un 5% y un 10% a partir de enero del 2016, cuando comience a regir el IVA para ellas, lo que este inversionista hace tiene una lógica demoledora. Desde su punto de vista. No desde la banca, que los ve como un riesgo y ya está comenzando a exigirles enterar un 20% de pie.

No es de sorprender que las ventas en blanco y en verde sigan creciendo también y sean parte de la ecuación. Se obtienen mejores precios y, como este inversionista no está pensando en vivir ahí, sólo le basta con que las características generales del proyecto gusten al consumidor final.

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