Editorial

Competencia en intermediación financiera

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anto el Gobierno como el Banco Central y la Comisión del Mercado Financiero han dispuesto medidas para apoyar financieramente a las empresas con problemas de liquidez debido a la pandemia del Covid-19. Especialmente llamativo ha sido el anuncio de dar garantías, a través del Fogape, para líneas de crédito de capital de trabajo que la banca ofrezca a sus clientes, cuya tasa de interés nominal no exceda el 3,5% anual, o una tasa de interés real cercana a cero.

Una de las discusiones en torno a esta medida se refiere a la elegibilidad –empresas con ventas anuales no superiores a un millón de UF-, considerando que no todas las PYME están bancarizadas, lo cual podría dejar a un grupo importante sin acceso al beneficio. Pero también ha habido molestia en los intermediarios financieros no bancarios –recogida en nuestra edición de ayer-, quienes reclaman haber sido injustamente discriminados en el diseño de esta medida. Las compañías de factoring, por ejemplo, que llegan a un importante número de empresas de menor tamaño sin acceso a los bancos, obviamente quedan en una situación de desventaja. Distinto es el caso del retail financiero y las cajas de compensación, orientadas otorgar créditos de consumo, que no son el foco de lo anunciado.

El criterio de reglas parejas para quienes desarrollan funciones similares en el mercado financiero es razonable, pero a ello debería agregarse el requisito de estar sometidos al mismo tipo de regulación y fiscalización, ya que de lo contrario también se produciría una discriminación, aunque en el sentido inverso. La participación de los intermediarios no bancarios en el financiamiento de las PYME es algo que se debe apoyar, por el rol que desempeñan y la mayor competencia que introducen en el mercado, y sería recomendable avanzar también en esta línea a través de los instrumentos más adecuados. Otra opción a explorar son las garantías a fondos de inversión que se creen para canalizar recursos hacia este tipo de intermediarios o bien para otorgar créditos en forma directa a empresas que lo necesiten, creando así espacios para la participación de inversionistas institucionales, e introduciendo mayor competencia en la industria.

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