Belisario Velasco y los bombazos: “Mi instinto me dice que vamos a seguir con problemas serios de seguridad”
Lo importante es evitar que sucedan hechos dolorosos que impacten al país o perjudique a personas.
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Dice Belisario Velasco desde su oficina de la Torre Santa María– en los 90 desarticulamos varios movimientos armados que operaban en Chile: el FPMR, el Frente Autónomo, el Movimiento Juvenil Lautaro, lo que quedaba del MIR, descolgados de la DINA y de la CNI”. “Pero los disolvimos, ¿ah? No los liquidamos”, continúa.
–A los DINA y CNI los desarticularon metiéndolos al Ejército…
–A muchos. Fue una cosa buena que hizo Pinochet. Era gente que estaba formando grupos operativos y los desarticuló, llevándolos con un sueldo a trabajos administrativos.
–Los ataques a la comisaría y a Hinzpeter… ¿son o no actos terroristas?
–Son atentados terroristas. Es cuestión de ver. Un mayor de Carabineros que si no se hace un poco a un lado, lo mata. El proyectil que salió de la bomba rompió la pared. Si el ex ministro Hinzpeter abre el paquete, ¡lo mata! Lo de Óscar Landerretche…
–¿Qué pueden hacer las autoridades?
–Tengo una opinión: el Ministerio del Interior debe anticiparse a los hechos. No actuar después diciendo “vamos a querellarnos criminalmente y no nos temblará la mano”. No, el Ministerio del Interior debe actuar antes. Yo en los 90 tenía discrepancias con el actual ministro Andrés Chadwick y el de Justicia, Hernán Larraín –ambos senadores en aquella época–, porque yo usaba informantes cuando era subsecretario [entre 1990 y 1999], especialmente. Y cuando fui ministro [entre 2006 y 2008, en el primer gobierno de Michelle Bachelet], también tuve alguno. Porque considero que lo importante es evitar que sucedan hechos dolorosos que impacten al país o perjudique a personas.
–¿Para adelantarse a los hechos se necesita de informantes?
–Para adelantarse a los hechos se necesita información y lo que yo pienso que lo que le ha faltado a este Gobierno es información, inteligencia que les permita actuar en seguridad con debida anticipación y no con posterioridad.
CHADWICK ME ACUSABA DE “SAPO”
–¿Podría describir lo que ocurría a comienzos de los 90?
–Estos movimientos armados ¡mataban gente! Mataron al coronel Fontaine, al senador Jaime Guzmán, a 28 carabineros y otra cantidad similar de efectivos de investigaciones y el Ministerio del Interior no tenía la tuición sobre Carabineros e Investigaciones, que dependían de Defensa por una disposición de la Junta Militar. Entonces, el Ministerio del Interior tenía la obligación de cuidar la seguridad interna del país, pero no tenía brazos para hacerlo. Ni Carabineros ni Investigaciones nos pasaban información y tuvimos que crear los famosos informantes, que eran denostados por el senador Chadwick. En esa época, él me acusaba de “sapo” por usar informantes. El senador Larraín decía que yo era un “pillín”. Creían que tenía informantes para saber qué hacían ellos o la derecha en su vida privada. Y ese no era mi problema, sino cuidar la seguridad de los chilenos, entre otros, la de ellos.
–¿Le llegaba información sobre la vida privada?
–Por supuesto que llegaban informes sobre la vida privada de mucha gente, pero jamás hicimos uso de ello.
–El uso de informantes no estaba normado por ninguna ley.
–No. Y se me ocurrió a mí porque no tenía información. Habían asesinado a Fontaine y a Guzmán, Antonioletti del Movimiento Juvenil Lautaro había muerto a cinco o seis personas y ¡yo no tenía información! Fuera de buscar la fórmula legal para que Carabineros e Investigaciones nos informara, tenía que tener gente de mi confianza que si iba a suceder algo, me anticipara.
–Fueron condiciones excepcionales, en cualquier caso, porque usted conocía bien el mundo de la izquierda.
–Había trabajado los 17 años de la dictadura en la oposición. Incluso dirigí una organización que se llamaba “Límite”, que era para cambiar de lugar a gente del PC, PS, MIR, que eran perseguidos por la DINA. Se los sacaba del país o se los llevaba a una embajada. Eso me dio cierta forma de operar y de informarme. Y tenía mucha gente en la izquierda y de derecha que me ayudó a tener a personas del MIR o del PC una semana en su casa.
–Como subsecretario del Interior, ¿también tuvo informantes de derecha?
–Por supuesto.
–¿Existe hoy el uso de informantes?
–Aparentemente no, porque veo lo que sucede en la Araucanía: “No nos temblará la mano en aplicar el rigor de la ley”, dice Chadwick periódicamente. Está bien, pero el papel real de Interior es anticiparse. Y yo deseo que le vaya bien al gobierno, porque significa que le va a ir bien al país. Pero la seguridad es una cosa vital para ese objetivo.
–¿Qué le hace falta a Interior?
–Sin perjuicio de lo que hace Carabineros e Investigaciones, le hace falta un sistema de información. Hoy día hay un organismo, la ANI –que en su tiempo de llamó la DISPI, cuyo director fue Isidro Solís–, pero que le faltan atribuciones.
MÁS ATRIBUCIONES A LA ANI
–¿Le daría más atribuciones a la ANI?
–Le daría más atribuciones a la ANI para que pueda operar más. Fue la derecha la que básicamente impidió en el Congreso que se le dieran mayores atribuciones y ahora sufre las consecuencias.
–Siempre se habla de que las inteligencias militares y policiales deben compartir información, pero que en rigor prima la desconfianza entre esos organismos.
–Presidí el consejo de seguridad por nueve años y lo que sabe el departamento de inteligencia de Carabineros no se lo pasa al de Investigaciones. Es humano y sucede.
–¿Le sirvieron mucho los informantes en los 90?
–En mi libro “Esta historia es mi historia” –cuya segunda edición sale en septiembre– cuento el caso de una persona a la que iban a secuestrar, después de Cristián Edwards. Pero me informaron que esta vez no íbamos a dar con el lugar. ¿Cómo proteger a esta persona? Hablé con Juan Pablo Illanes, subdirector de El Mercurio, para que hablara con esa persona y tomara ciertas medidas. Fueron muchos casos.
–Justifica, entonces, el uso de informantes, aunque su uso no sea apegado a la ley…
–En ninguna parte la ley dice no se haya podido recibir una información y chequearla. Y si había que actuar, actuaba Carabineros e Investigaciones. Si alguien quería darme una información, no podía negarme a recibirla, sobre todo si esa información tenía que ver con la seguridad de un parlamentario, ex ministro o cualquier persona.
–¿Cuántos informantes tuvo?
–Sobre seguridad no doy mayores informaciones. Pero tuve los que fueron necesarios.
–¿Cómo se consiguen los informantes?
–Tenía conocimiento de mucha gente, porque había trabajado mucho con gente de izquierda. Y cuando no había conocimiento, había que crearlo para informarse.
–¿Qué recibían a cambio sus informantes?
–Relativo. Muchos, nada.
–¿Y los otros?
–Si tenían información que salvaba vidas, se pagaba.
–¿De dónde salía la plata?
–De los gastos reservados del ministerio del Interior. Fondos del Estado. A otros les ofrecí trabajo y lo aceptaron. Algunos hasta el día de hoy trabajan en empresas particulares. Había que buscar la reinserción.
–Desde el día de la explosión, ha salido harto material en la prensa. ¿Es lógico que se filtre tanto detalle?
–Sobre seguridad se debería hablar lo menos posible.
–¿Cree que van a seguir los bombazos?
–Mi instinto me dice que vamos a seguir con problemas serios de seguridad en diferentes lugares del país.
–¿Es una buena medida establecer protocolos de seguridad para las empresas de correo y encomiendas?
–Es indudable.
–¿Qué señal quisieron mandar con bombas simultáneas a una comisaría y a Hinzpeter en Quiñenco?
–Que pueden llegar a cualquier parte.