"Los insiders pueden vender sus acciones por muchas razones, pero solo las compran por una: creen que el precio subirá”. La frase del exgestor de Fidelity, Peter Lynch —uno de los inversionistas más emblemáticos de Wall Street—, cobra sentido en la actualidad del mercado chileno.
Durante el primer semestre de 2025, las compras de acciones ejecutadas por insiders o personas relacionadas a compañías abiertas en bolsa—directores y gerentes— alcanzaron su mayor nivel semestral en al menos una década, sumando $75.875 millones según datos de la Bolsa de Santiago, filial de Nuam.
En ese mismo período, el principal índice bursátil del país, S&P IPSA, ha escalado 22%, y las perspectivas hacia adelante continúan positivas.
Los movimientos al interior de las firmas reflejan una creciente confianza en las proyecciones de los negocios por parte de quienes los conocen desde dentro. Y si bien el fenómeno se ha replicado en decenas de compañías que cotizan en la bolsa de Santiago, el protagonismo se concentra en un grupo reducido, donde las compras han sido monitoreadas de cerca por el mercado.

Grupo Security encabeza el ranking con una adquisición por más de $65.000 millones realizada por la familia Marín Correa. Le sigue —con distancia— Aguas Andinas, con compras por $ 3.100 millones por parte de los Cúneo. También destaca la matriz de la misma sanitaria, Inversiones Aguas Metropolitanas, donde los Bertin Puga desembolsaron $1.544 millones. Todos ellos, tienen asientos en los directorios de las empresas respectivas.
Pero el impulso también ha venido desde las propias gerencias. Empresas como Mallplaza, Falabella, Cencosud e Ingevec figuran entre las más activas. ¿La razón? Programas de incentivos que han promovido que sus ejecutivos aumenten su posición en las firmas que ellos mismos lideran.
“Que los propios dueños reinviertan en sus acciones es un fenómeno muy bien visto por los inversionistas. Esto no es llegar y abrir la billetera, son montos que requieren deuda, compromisos, participar en los directorios y, por supuesto, plena confianza en el futuro de la institución”, apuntó bajo reserva unos de los insiders.
Confianza en el país
El año comenzó con una señal potente para el mercado. En medio de la fusión entre el Grupo Security y Bicecorp, el viernes 3 de enero se concretó la mayor compra de insiders desde que la Bolsa de Santiago tiene registro. Ese día, la familia Marín Correa desembolsó $65.600 millones por el 6,3% de Security.
La envergadura de la operación es tal, que por sí sola supera cualquier semestre de la última década y representa el 87% de las transacciones de los primeros seis meses del 2025.
La transacción fue liderada por Jorge Marín, a través de las sociedades Hemaco Ltda., Polo Sur Sociedad de Rentas Ltda. y Doña Marusa Ltda., vehículos tradicionales del grupo para canalizar inversiones. El paquete adquirido pertenecía a la familia española Sainz de Vicuña, con quien los Marín Correa mantienen una relación de amistad y negocios de larga data.
La salida de los Sainz de Vicuña respondió a una definición estratégica, ya que para mantener una participación relevante en la nueva entidad fusionada, se veía obligada a redoblar la inversión. Una apuesta que no estaban dispuestos a realizar, por lo que antes de diluirse, prefirieron dar un paso al costado.
Por su parte, si bien la familia Marín no fue propulsora inicial de la fusión de los negocios con Bicecorp, luego se sumó con fuerza y la compra evidenció un respaldo explícito a la nueva entidad combinada, así como una apuesta de largo plazo por la industria bancaria y por Chile.
“Si una familia está dispuesta a poner un monto de esta envergadura, es porque está apostando por su país y se la está jugando por el sector”, explicó bajo reserva un cercano a la transacción.
Pese a ser una jugada de largo plazo, a seis meses de la operación el balance es positivo. Hoy, la familia está cómoda con el 6,13% de participación en la propiedad, ya que tienen buenas perspectivas con el rumbo que está tomando la nueva empresa y con su administración.
Respecto a los retornos de su apuesta, las cuentas ya son positivas. El precio de las acciones de Bicorp acumulan un alza del 15% desde que se concretó la fusión.
Pero los Marín Correa no son los únicos que han apostado por la nueva entidad. El 3 de marzo el gerente general de Bicecorp, Juan Eduardo Correa, compró $ 192 millones en acciones.
La operación se dio a dos meses de que Correa fuese nombrado como gerente de la entidad fusionada, y pese a que ya ocupaba el rol de CEO en Bice, su inversión también fue un espaldarazo al futuro de la firma.
El atractivo por Aguas Andinas y su matriz
Pero el apetito no se ha limitado al sector financiero. En el rubro sanitario, Aguas Andinas también ha concentrado compras relevantes por parte de insiders.
Entre enero y junio de este año, Giorgianna Cúneo Queirolo, hija de Juan Cúneo, y su sobrino Tomás Uauy Cúneo, hijo de su hermana Paola Cuneo, han desembolsado $ 3.100 millones en acciones de la firma.
Según los registros de la Bolsa de Santiago, entre el 19 de mayo y el 26 de junio, Giorgianna compró $1.590 millones en títulos, mientras que su sobrino adquirió $1.511 millones.
Aguas Andinas es controlada con un 50,1% por Inversiones Aguas Metropolitanas, donde la familia Cúneo tiene el 8,37% de la propiedad a través de Inversiones y Rentas Ligurias.
Los movimientos se extendieron a su matriz. Aguas Metropolitanas ocupa el cuarto lugar como la sociedad con mayores montos comprados por personas relacionadas durante el 2025. El protagonista es el director suplente de la compañía, Felipe Bertin, quien en representación de la familia Bertin Puga, y a través de Inversiones Mardos adquirió $1.544 millones en papeles. En detalle, la sociedad realizó cuatro transacciones entre el 18 y el 25 de junio.
Mallplaza: una apuesta masiva desde la gerencia
Pero no solo los directorios han tomado posiciones relevantes. Desde la primera línea ejecutiva, también ha habido movimientos coordinados de alto impacto.
El 12 de mayo, 20 gerentes de Mallplaza protagonizaron una operación masiva: ese día invirtieron en conjunto $1.660 millones en acciones de la operadora de centros comerciales. Al sumar a todos los ejecutivos —no solo gerentes—, el monto total asciende a $2.600 millones.
El mayor desembolso fue realizado por el CEO de la compañía, Fernando de Peña, quien adquirió 279 mil acciones, valorizadas en cerca de $620 millones.
Según la memoria anual 2024 de la firma, estas compras se enmarcan en un plan de incentivos. En la práctica, el sistema consiste en un préstamo que permite a los ejecutivos comprar acciones, las que se liberan después de tres años de permanencia en la compañía.
“El objetivo es alinear los intereses de los ejecutivos con los de los accionistas en el mediano y largo plazo”, comentó un cercano a la compañía.
Desde que se ejecutaron estas operaciones, las acciones de Mallplaza han caído casi un 10%, aunque en lo que va del año acumulan un alza de 28%.
Falabella: apuestas desde la primera línea
En Falabella, las compras también se explican por un plan de incentivos vigente desde 2022. Este permite a los ejecutivos invertir en acciones a través de un préstamo otorgado por la empresa, el cual se reembolsa parcialmente en un período de cuatro años, acompañado de un bono equivalente a 2/3 de cada tramo.
En el marco de este plan, el CEO Alejandro González desembolsó $1.150 millones el 1 de abril, mientras que el presidente del directorio, Enrique Ostalé, compró acciones por $200 millones el 23 de junio.
Cenco: apuesta regional
Ocho gerentes de Cencosud también adquirieron acciones este año, pero tres de ellos concentraron las mayores cifras: Alfredo Mastrokalos (Country Head Perú), Cristián Siegmund (gerente Supermercados Chile) y Diego Marcantonio (Country Head Argentina), con $454 millones cada uno el 1 de abril. En total, las adquisiciones de este grupo sumaron $1.527 millones.
En Cencosud, cerca del 30% de la remuneración de los ejecutivos está sujeta a un plan de incentivos que busca retener talento clave. El programa tiene una duración de cuatro años y entrega acciones equivalentes a un porcentaje de la remuneración anual, bajo dos condiciones: permanencia y desempeño.
Según la memoria del 2024, durante los primeros tres años se entrega un 20% anual del total en formato de acciones fantasma —bonos pagados en cada país— y el cuarto año, se otorga el 40% restante en acciones.
Ingevec entra al ruedo
A diferencia de otras compañías, Ingevec no contaba hasta 2024 con un plan formal de compensación en acciones para sus ejecutivos. Sin embargo, eso cambió este año, y la respuesta ha sido inmediata: siete gerentes han invertido un total de $586 millones en distintas operaciones.
Las compras más relevantes fueron realizadas por los hermanos Francisco y Domingo Vial Alessandri, quienes en conjunto desembolsaron $123 millones. Les siguieron el gerente general, Rodrigo González, con $112 millones, y José Antonio Bustamante, con $115 millones.
Según fuentes de la compañía, la implementación del nuevo plan explica el aumento en las compras observadas durante el primer semestre.
¿Y ahora?
El segundo semestre ya registra nuevos movimientos en la Bola de Santiago.
El pasado 3 de julio el gerente general de Clínica Las Condes, Pablo Yarmuch, debutó con una inversión de $75 millones. Mientras que en Falabella, la directora Paola Cúneo Queirolo desembolsó esta semana $ 5.400 millones.