¿Y si el futuro del liderazgo financiero hablara con voz de mujer?
Por Yessenia González, subdirectora de Administración y Finanzas de la Escuela de Seguros de la Asociación de Aseguradores de Chile. Consejera Red de Mujeres Promociona #SoyPromociona.
En el sector asegurador -como en gran parte del mundo financiero- el liderazgo sigue teniendo rostro masculino. A pesar de los avances, los cargos de chief financial officer (CFO) siguen siendo ocupados mayoritariamente por hombres. Pero, ¿por qué? ¿Es una cuestión de mérito, de oportunidad o de paradigmas que ya no resisten análisis?
La irrupción de la inteligencia artificial en la gestión financiera no solo está automatizando procesos técnicos, sino que está redefiniendo qué significa liderar en esta era. La profesora Nureya Abarca, de la Universidad Católica de Chile, y el reciente estudio de Tendencias en HR de BUK, señalan que la IA está reemplazando aquellas habilidades tradicionalmente más asociadas a lo masculino: análisis frío, racionalidad extrema, cálculo preciso. Y, al mismo tiempo, potencia y amplifica las llamadas "habilidades naturales" de las mujeres: empatía, adaptabilidad, pensamiento sistémico, visión de largo plazo, entre otros.
En este nuevo escenario, donde las decisiones deben ser más humanas que nunca -éticas, estratégicas y con foco en la sostenibilidad- las mujeres no solo están preparadas: son necesarias. La evidencia es clara. Los equipos diversos, balanceados en género, generan mejores resultados financieros, gestionan mejor los riesgos y tienen mayor capacidad de adaptación frente a la incertidumbre. Y no olvidemos que estamos en la industria del riesgo.
Entonces, ¿qué impide el avance femenino en la cúspide financiera? ¿Acaso seguimos pensando que las habilidades “duras” pesan más que las estratégicas? ¿O seguimos promoviendo modelos de liderazgo que ya no responden a las necesidades de esta nueva era?
En el mundo asegurador, que vive una transformación silenciosa, pero profunda, necesitamos mirar más allá de los balances. Es tiempo de preguntarnos si el próximo gran salto de eficiencia y sostenibilidad financiera vendrá, precisamente, de manos femeninas. Y más aún, si estamos dispuestos a abrir camino a esas manos.
El futuro del liderazgo financiero no es solo digital, es también diverso. Y, quizás, por fin… equitativo.