Zorobabel Rodríguez, el gran publicista conservador
Por Alejandro San Francisco Profesor del Instituto de Historia y la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile.
Por: Equipo DF
Publicado: Viernes 8 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.
Los liberales fueron los primeros en comprender claramente la importancia de la prensa para la difusión de sus ideas en el contexto de la sociedad republicana chilena del siglo XIX. Como han explicado Sol Serrano e Iván Jaksic, la idea fue tomada después por los conservadores, quienes comprendieron “el papel político de la palabra”. Una Carta Pastoral de la Iglesia llegó a decir en esos años: “Otra de las necesidades más primordiales de nuestra época es el sostenimiento y difusión de la prensa católica”.
Zorobabel Rodríguez (1839-1901) fue uno de los representantes más claros de este espíritu que procuraba difundir los ideales del Partido Conservador en las décadas decisivas de la supremacía liberal. Había sido un provinciano durante su vida escolar y luego se trasladó a Santiago para estudiar Leyes en la Universidad de Chile. Una de las cosas más notables de su trabajo es, en palabras de Sofía Correa, que él hizo “un serio esfuerzo intelectual por conciliar la doctrina católica con los nuevos valores del siglo: con los ideales liberales y con el espíritu científico”.
Uno de las áreas donde recibió una formación especial fue en la economía, como discípulo de Courcelle-Seneuil, el gran difusor de la economía libre. En esa línea, declaró en una ocasión que promovería la prosperidad pública y el comercio “inspirando confianza en el porvenir, desarrollando el crédito público y privado y favoreciendo la importación de capitales extranjeros [que] impulsen el trabajo y el ahorro, únicas fuentes de riqueza para los individuos y las naciones”.
En cuanto a su labor pública, don Zorobabel fue diputado desde 1870 a 1890. También escribió numerosos artículos y libros, fue miembro de la Academia Chilena de la Lengua y ejerció como profesor en la Universidad de Chile, en la cátedra de Economía Política. Después de 1891 fue Superintendente de Aduanas.
La gran labor de Rodríguez fue la opinión pública, a través de la prensa. Primero escribió en El Bien Público; desde 1864 fue el redactor clave de El Independiente, tarea que ejerció por dos décadas. En este último participó activamente en la discusión sobre las leyes secularizadoras de 1883 y 1884, en el gobierno de Domingo Santa María.
La promoción decidida de la democracia y del librecambismo hacían del pensador conservador una figura atractiva y original. Como resume Francisco García en su estudio sobre Zorobabel Rodríguez, el publicista afirmaba con decisión “que él y los conservadores eran ‘católicos en religión’ y ‘liberales en política’, enunciación que pretendía acallar la maledicencia liberal”. En materia religiosa, por ejemplo, decía que la Iglesia estaba acorralada en un país de mayoría católica, porque la clase gobernante era anticatólica: la solución era promover la libertad electoral y –notable anticipo de los tiempos- una conveniente separación entre la Iglesia y el Estado.
Murió el 29 de septiembre de 1901, pronunciando sus últimas palabras: “me voy, adiós”.
Zorobabel Rodríguez (1839-1901) fue uno de los representantes más claros de este espíritu que procuraba difundir los ideales del Partido Conservador en las décadas decisivas de la supremacía liberal. Había sido un provinciano durante su vida escolar y luego se trasladó a Santiago para estudiar Leyes en la Universidad de Chile. Una de las cosas más notables de su trabajo es, en palabras de Sofía Correa, que él hizo “un serio esfuerzo intelectual por conciliar la doctrina católica con los nuevos valores del siglo: con los ideales liberales y con el espíritu científico”.
Uno de las áreas donde recibió una formación especial fue en la economía, como discípulo de Courcelle-Seneuil, el gran difusor de la economía libre. En esa línea, declaró en una ocasión que promovería la prosperidad pública y el comercio “inspirando confianza en el porvenir, desarrollando el crédito público y privado y favoreciendo la importación de capitales extranjeros [que] impulsen el trabajo y el ahorro, únicas fuentes de riqueza para los individuos y las naciones”.
En cuanto a su labor pública, don Zorobabel fue diputado desde 1870 a 1890. También escribió numerosos artículos y libros, fue miembro de la Academia Chilena de la Lengua y ejerció como profesor en la Universidad de Chile, en la cátedra de Economía Política. Después de 1891 fue Superintendente de Aduanas.
La gran labor de Rodríguez fue la opinión pública, a través de la prensa. Primero escribió en El Bien Público; desde 1864 fue el redactor clave de El Independiente, tarea que ejerció por dos décadas. En este último participó activamente en la discusión sobre las leyes secularizadoras de 1883 y 1884, en el gobierno de Domingo Santa María.
La promoción decidida de la democracia y del librecambismo hacían del pensador conservador una figura atractiva y original. Como resume Francisco García en su estudio sobre Zorobabel Rodríguez, el publicista afirmaba con decisión “que él y los conservadores eran ‘católicos en religión’ y ‘liberales en política’, enunciación que pretendía acallar la maledicencia liberal”. En materia religiosa, por ejemplo, decía que la Iglesia estaba acorralada en un país de mayoría católica, porque la clase gobernante era anticatólica: la solución era promover la libertad electoral y –notable anticipo de los tiempos- una conveniente separación entre la Iglesia y el Estado.
Murió el 29 de septiembre de 1901, pronunciando sus últimas palabras: “me voy, adiós”.
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