Auge de demanda impulsa inflación en China
El escenario central que maneja la EIU para los precios en China es que se estabilicen hacia fines de año, pero las apuestas están subiendo.
Por: Equipo DF
Publicado: Jueves 14 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.
La inflación de precios de consumo en China dio un abrupto salto en junio, alcanzando un máximo de tres años de 6,4% anual. El pronóstico central de la EIU sigue siendo que la inflación cederá a cerca de 4,4% a fines de año a medida que la economía se enfría, pero los riesgos son al alza. En particular, preocupa el incremento de la inflación no alimentaria, ya que sugiere que China está en riesgo de un sostenido incremento en las presiones de precios impulsadas por la demanda, más que sólo estar experimentando una subida temporal en los alimentos.
La inflación se ha más que duplicado en los últimos doce meses desde 2,9% anual en junio de 2010 a 6,4% el mes pasado. Aunque se trata de una cifra alarmante a primera vista, no debe ser tomada como una señal de que la inflación va a salirse de control. Las toscas medidas que forman la piedra angular de la política monetaria china —y frente a las cuales las tasas de interés convencionales son más bien un mero suplemento— todavía necesitan tiempo para funcionar. Ya que las autoridades han estado endureciendo la política desde bastante antes del inicio de 2011, los efectos rezagados de sus esfuerzos pronto comenzarán a notarse.
La inflación sigue siendo una seria preocupación para las autoridades. Un periodo de alzas de precios descontroladas aumentaría las probabilidades de un aterrizaje forzoso. También tendría un significado político mayor para el Partido Comunista Chino, que teme que los altos precios de los alimentos desaten una ola de descontento. China es un país en desarrollo donde los costos de la comida representan una parte grande del presupuesto de los hogares. Como resultado, el liderazgo del partido es muy sensible a los peligros de los precios de los alimentos y a cualquier tema relacionado con la seguridad alimentaria.
Alimento favorito
A primera vista, el aspecto más sorprendente de los últimos datos es la fuerte alza en los precios de los alimentos. Estos registraron un incremento de 14,4% anual en junio, desde el alza de 11,7% de mayo. Altos precios globales de alimentos y petróleo ciertamente contribuyen a la inflación de precios de alimentos en China, pero los factores locales también han sido clave. Pobres cosechas en regiones de China han fomentado la presión alcista. Por sobre todo, los precios del cerdo —un insumo esencial en la dieta de los chinos y uno de los componentes más importantes en la canasta de precios de consumo— se han disparado. Los precios del cerdo subieron 57,1% anual en junio, tras avanzar 40,4% en mayo y 35,2% en abril.
La situación recuerda al último brote inflacionario de China en 2007-08, cuando una enfermedad diezmó las piaras y provocó que los precios subieran a niveles cercanos a 70% anual. Pero esta vez los actuales precios estarían reflejando, entre otras cosas, las fluctuaciones en el suministro provocadas por la respuesta de los campesinos a una anterior caída de precios. El aumento en los salarios rurales también contribuyó, y cambios estructurales como el aumento de la riqueza (que modificó la dieta de los chinos alentando un mayor consumo de carne) también son factores probables. Los precios de los alimentos en China están en una tendencia al alza de largo plazo a medida que los costos de los insumos de los agricultores aumentan.
Pero, pese a los temores del Partido, las autoridades sólo pueden confiar en que la volatilidad se ajuste por sí sola siempre que no ocurra un shock de suministro. La actual dinámica de mercado para los precios del cerdo eventualmente debería entrar en reversa, a medida que las alzas de precios incentivan a los granjeros a criar más cerdos.
Herramientas limitadas
Pero es la inflación no ligada a alimentos la que ofrece motivos de mayores preocupaciones macroeconómicas. En junio, la tasa de inflación no alimentaria subió a un récord de 3% anual. China no había tenido que lidiar con una aceleración de la inflación liderada por la demanda desde los ’90, y sus herramientas de política monetaria aún subdesarrolladas están demostrando sus limitaciones. Las tasas de interés juegan un papel secundario en China, aunque esto no ha impedido que el Banco Popular de China eleve las tasas de referencia cinco veces desde septiembre. La última vez lo hizo el 6 de julio, cuando subió sus tasas para préstamos y depósitos a un año en 25 puntos base a 6,56% y 3,5% respectivamente.
Pero las insuficiencias de un sistema que depende más de medidas administrativas como cuotas de créditos y requisitos de reservas son evidentes. Estas medidas tienden a restringir el suministro de crédito a todos, menos a las empresas estatales mejor conectadas políticamente, distorsionando los efectos de la política monetaria. Esto puede producir una economía de dos carriles, donde toda la carga del ajuste recaiga sobre los privados, mientras que el sector estatal sigue gozando de un crédito barato. Esto probablemente sea lo que ha contribuido a generar la impresión de que China está siendo tirada desde dos extremos opuestos: que está en las etapas iniciales de una desaceleración y que aún así, en muchos sentidos, se está recalentando. Este desequilibrio también incrementa el riesgo de un “aterrizaje forzoso” para la economía como un todo, y existe una real posibilidad de que el gobierno pueda excederse con sus medidas administrativas, provocando que el crecimiento se frene de manera más abrupta de lo deseable. Aunque se desaceleró ligeramente el PIB del segundo trimestre fue mayor a lo esperado y sigue siendo bastante alto; y no es probable que se vean señales más claras de una desaceleración hasta el tercer trimestre de 2011.
Panorama
Esperamos que la inflación de precios de consumo promedie 5% en 2011. Como el promedio anual hasta ahora es de 5,4%, esto implica una desaceleración más adelante en los próximos dos trimestres. De hecho, esperamos que la tasa se frene a un promedio de 4,4% anual en el cuarto trimestre, y a menos de 4% a mediados de 2012, cuando la economía interna se haya enfriado y los precios internacionales de los commodities seguramente hayan aflojado. Sin embargo, los riesgos al alza para nuestro pronóstico de inflación siguen siendo una preocupación.
La inflación se ha más que duplicado en los últimos doce meses desde 2,9% anual en junio de 2010 a 6,4% el mes pasado. Aunque se trata de una cifra alarmante a primera vista, no debe ser tomada como una señal de que la inflación va a salirse de control. Las toscas medidas que forman la piedra angular de la política monetaria china —y frente a las cuales las tasas de interés convencionales son más bien un mero suplemento— todavía necesitan tiempo para funcionar. Ya que las autoridades han estado endureciendo la política desde bastante antes del inicio de 2011, los efectos rezagados de sus esfuerzos pronto comenzarán a notarse.
La inflación sigue siendo una seria preocupación para las autoridades. Un periodo de alzas de precios descontroladas aumentaría las probabilidades de un aterrizaje forzoso. También tendría un significado político mayor para el Partido Comunista Chino, que teme que los altos precios de los alimentos desaten una ola de descontento. China es un país en desarrollo donde los costos de la comida representan una parte grande del presupuesto de los hogares. Como resultado, el liderazgo del partido es muy sensible a los peligros de los precios de los alimentos y a cualquier tema relacionado con la seguridad alimentaria.
Alimento favorito
A primera vista, el aspecto más sorprendente de los últimos datos es la fuerte alza en los precios de los alimentos. Estos registraron un incremento de 14,4% anual en junio, desde el alza de 11,7% de mayo. Altos precios globales de alimentos y petróleo ciertamente contribuyen a la inflación de precios de alimentos en China, pero los factores locales también han sido clave. Pobres cosechas en regiones de China han fomentado la presión alcista. Por sobre todo, los precios del cerdo —un insumo esencial en la dieta de los chinos y uno de los componentes más importantes en la canasta de precios de consumo— se han disparado. Los precios del cerdo subieron 57,1% anual en junio, tras avanzar 40,4% en mayo y 35,2% en abril.
La situación recuerda al último brote inflacionario de China en 2007-08, cuando una enfermedad diezmó las piaras y provocó que los precios subieran a niveles cercanos a 70% anual. Pero esta vez los actuales precios estarían reflejando, entre otras cosas, las fluctuaciones en el suministro provocadas por la respuesta de los campesinos a una anterior caída de precios. El aumento en los salarios rurales también contribuyó, y cambios estructurales como el aumento de la riqueza (que modificó la dieta de los chinos alentando un mayor consumo de carne) también son factores probables. Los precios de los alimentos en China están en una tendencia al alza de largo plazo a medida que los costos de los insumos de los agricultores aumentan.
Pero, pese a los temores del Partido, las autoridades sólo pueden confiar en que la volatilidad se ajuste por sí sola siempre que no ocurra un shock de suministro. La actual dinámica de mercado para los precios del cerdo eventualmente debería entrar en reversa, a medida que las alzas de precios incentivan a los granjeros a criar más cerdos.
Herramientas limitadas
Pero es la inflación no ligada a alimentos la que ofrece motivos de mayores preocupaciones macroeconómicas. En junio, la tasa de inflación no alimentaria subió a un récord de 3% anual. China no había tenido que lidiar con una aceleración de la inflación liderada por la demanda desde los ’90, y sus herramientas de política monetaria aún subdesarrolladas están demostrando sus limitaciones. Las tasas de interés juegan un papel secundario en China, aunque esto no ha impedido que el Banco Popular de China eleve las tasas de referencia cinco veces desde septiembre. La última vez lo hizo el 6 de julio, cuando subió sus tasas para préstamos y depósitos a un año en 25 puntos base a 6,56% y 3,5% respectivamente.
Pero las insuficiencias de un sistema que depende más de medidas administrativas como cuotas de créditos y requisitos de reservas son evidentes. Estas medidas tienden a restringir el suministro de crédito a todos, menos a las empresas estatales mejor conectadas políticamente, distorsionando los efectos de la política monetaria. Esto puede producir una economía de dos carriles, donde toda la carga del ajuste recaiga sobre los privados, mientras que el sector estatal sigue gozando de un crédito barato. Esto probablemente sea lo que ha contribuido a generar la impresión de que China está siendo tirada desde dos extremos opuestos: que está en las etapas iniciales de una desaceleración y que aún así, en muchos sentidos, se está recalentando. Este desequilibrio también incrementa el riesgo de un “aterrizaje forzoso” para la economía como un todo, y existe una real posibilidad de que el gobierno pueda excederse con sus medidas administrativas, provocando que el crecimiento se frene de manera más abrupta de lo deseable. Aunque se desaceleró ligeramente el PIB del segundo trimestre fue mayor a lo esperado y sigue siendo bastante alto; y no es probable que se vean señales más claras de una desaceleración hasta el tercer trimestre de 2011.
Panorama
Esperamos que la inflación de precios de consumo promedie 5% en 2011. Como el promedio anual hasta ahora es de 5,4%, esto implica una desaceleración más adelante en los próximos dos trimestres. De hecho, esperamos que la tasa se frene a un promedio de 4,4% anual en el cuarto trimestre, y a menos de 4% a mediados de 2012, cuando la economía interna se haya enfriado y los precios internacionales de los commodities seguramente hayan aflojado. Sin embargo, los riesgos al alza para nuestro pronóstico de inflación siguen siendo una preocupación.
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