Carlos Montes: “El problema de la gratuidad no es sólo de recursos, también de la arquitectura del sistema”
El senador dice que hay que bajar las expectativas respecto de otras reformas que se empezaron a incubar.
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En un debate marcado por la desaceleración económica, el senador Carlos Montes admite que hay materias que deberán quedar aparte, pero respecto de educación no vacila ni por un segundo: "Es sin lugar a duda, la prioridad del gobierno".
-¿Qué proyectos de la reforma educacional priorizaría?
-Cuando se habla de priorizar se habla de otras reformas que se empezaron a incubar. Hay que bajar las expectativas con respecto a ellas.
-¿Como cuáles reformas?
-La previsional. Algunos se entusiasmaron pensando que teníamos recursos y acuerdo para hacerla, pero no hay ninguna de las dos cosas. No podemos generar un compromiso fiscal que no estamos en condiciones de adquirir. Un salto en un conjunto de algunos beneficios sociales será difícil. En el desafío hospitalario, por ejemplo, no se podrá hacer todo en el tiempo que se pensaba. También podría quedar aparte el tema de la descentralización y otros que no tienen que ver con educación.
-¿Es intocable la reforma educacional, pese a la desaceleración?
-Los objetivos y la nueva organización del sistema, están firmes, con sus costos y todo. Ahora, la gradualidad de la implementación en siempre una posibilidad según los recursos disponibles y el avance de las leyes.
-Gratuidad en educación superior es uno de los proyectos más costosos en cuanto a recursos.
-Es perfectamente posible lograr en este gobierno gratuidad para el 70% de menores ingresos.
-¿Es conveniente legislar hoy para que en 2020 se llegue a la gratuidad en un 100%, como promete el programa de Michelle Bachelet?
-No he visto el costo que tiene pasar al 100%. Aunque nadie lo quiera, por un problema de financiamiento habrá que hacerlo más gradual. El objetivo de gratuidad en educación superior no se eliminará, pero se puede postergar su implementación total.
-¿Se debería aplazar sólo por un tema de recursos?
-La gratuidad total dependerá de los recursos que se recauden, pero también, de si logramos construir el sistema adecuado para avanzar en esa dirección. Las dos cosas son difíciles y si no lográramos eso, hay que ser realistas y decir que avanzar hacia la gratuidad requiere de un tiempo mayor. En ese sentido, el problema de la gratuidad no es sólo de recursos, también de la arquitectura del sistema: el actual no permite la gratuidad porque está todo hecho para un subsidio a la demanda.
-Ignacio Walker (DC) plantea que la gratuidad universal tiene complejidades conceptuales y financieras, y que es mejor que ese debate se postergue para futuros gobiernos.
-Eso lo debió haber planteado antes, porque sostuvimos durante toda la campaña la gratuidad universal.
-El senador también ha argumentado que al programa de la Nueva Mayoría se añadió la gratuidad al 100% sin consultar a los partidos.
-Cuando uno no quiere ciertos cambios, busca distintas formas para sostener su punto.
"Delpiano sabe de educación"
-La ministra Delpiano se autoimpuso el plazo de septiembre para el proyecto de gratuidad, ¿es oportuno?
-No sabía que el proyecto estaba tan avanzado como para presentarlo en esa fecha.
-¿Es un poco atarantado?
-No lo sé. No he conversado con el Mineduc de eso.
-A dos meses de conocer el proyecto, que es complejo, ¿no ha habido trabajo pre legislativo?
-No, sobre ese tema no ha habido un trabajo prelegislativo en que estén incorporadas las bancadas.
-¿Adriana Delpiano es una persona idónea para dirigir la reforma?
-Ha demostrado que sabe de educación, habla el lenguaje sustantivo y no sólo financiero. Es bueno incorporar más a la educación misma en el debate de la reforma. Lo que más conoce es educación escolar. Sin duda en educación superior requiere de mucho más apoyo porque no es su especialidad y espero que construya un buen equipo para eso.
-¿El ministro Eyzaguirre hablaba sólo un lenguaje financiero?
-Hablaba menos de educación propiamente tal, el tema no era su especialidad. Aunque lógico que también se requiere hablar de financiamiento para la educación.
-¿Ese lenguaje no centrado en educación generó falta de diálogo y rechazo por parte de los actores?
-El debate sobre educación hubiese sido más rico con el concepto de educación de calidad y de educación pública en el centro. Desgraciadamente se optó por irse por otro lado y eso le afectó bastante al gobierno.
se creía que "había mucha plata"
-¿Cómo incentivar la inversión en el sector privado?
-Pasa por un nuevo entendimiento público-privado para la productividad. Tenemos que meternos en proyectos de otras características, pensando en el corto y mediano plazo.
-¿Cómo se logra ese entendimiento si la relación entre los empresarios y el gobierno parece cada vez más deteriorada?
-Los empresarios se darán cuenta en el camino que aquí hay problemas más complejos que la confianza. Por otro lado, el Estado tiene que buscar entendimientos con capitales extranjeros para hacer otros proyectos. Eso hace Perú ahora y nosotros nos estamos quedando atrás.
-¿La llegada de Valdés, Burgos y Eyzaguirre a La Moneda es importante para aumentar la confianza empresarial?
-No se puede subordinar todo a generar confianza, porque por mucha confianza que demos nos puede ocurrir lo mismo que a los europeos, que esperaron, sin éxito, que se activara el sector privado. Aquí se requiere un rol distinto del Estado, otra política fiscal, una forma de relacionarse con privados nacionales y extranjeros en la línea de ampliar la base productiva.
-Con los nuevos ministros se instaló el discurso de priorizar.
-Se había generado mucha expectativa en muchos sectores de que había mucha plata y de que se podía gastar en cualquier cosa. A eso apunta el concepto de priorizar, a que no se puede hacer todo lo que se quiere.