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El precedente internacional que definiría La Haya tras el fallo del 27 de enero

Lo que diga el tribunal podría desincentivar o alentar eventuales demandas en otras latitudes.

Por: Por Claudia Betancourt y Francisca Miranda
 | Publicado: Lunes 20 de enero de 2014 a las 05:00 hrs.
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Más allá de la importancia que tiene para Chile y Perú la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya del próximo 27 de enero, lo cierto es que los ojos del mundo estarán atentos a lo que falle el máximo tribunal y sus magistrados.

Sea cual sea la decisión, sin lugar a dudas marcaría un precedente en materia de derecho internacional: Si se resolverá respecto al fondo o la forma, conforme a derecho, si se introducen novedades jurídicas en el fallo, cuánta importancia se le daría a la “costumbre”, o que sea sólo un criterio que llame a los países a avanzar en una determina dirección, serán puntos clave.

En este contexto, y como aun se desconoce lo que resolverá el tribunal internacional, algunos analistas coinciden en calificar como “irresponsables” aquellas voces que han planteado que esta sentencia puede tener un suerte de efectos en cadena en el concierto internacional o que sirva de “estímulo incluso de “incentivo” para que países en situaciones similares -Japón y China, por ejemplo- interpongan demandas ante la Corte de Justicia en Holanda.

Casos similares


Para el abogado, analista internacional y ex candidato presidencial, Ricardo Israel, si bien cada caso es visto en su mérito, tiene sus propias aristas y desde el punto jurídico, son totalmente distintos y por lo tanto, en relación a otros países no se no puede aventurar cómo van a actuar, lo que diga la Corte en el caso Perú-Chile será un elemento a examinar.

”Lo que si es importante decir, es que, en general, todos los fallos de la Corte Internacional, como de cualquier otra Corte en el mundo, determinan acciones y decisiones de países que están en situación semejante. Eso es un elemento importante a considerar, pero uno no puede decir nada hasta conocer el fallo”.

Es más, a modo de ejemplo Israel comenta que la defensa chilena miró una serie de sentencias similares, ”fallos que están en la presentación chilena. Se hizo una revisión muy detallada y los mismos abogados que eligió Chile y Perú fue debido a que tienen experiencias en casos semejantes. Y la Corte vio, poco después, no sólo el caso de Colombia, sino también un caso en Asia y otro que afectó a Australia, que también tenía que ver con los límites marítimos. Entonces, están siempre mirándose, pero es una referencia y de ahí a que otro fallo sea exactamente igual, es muy difícil. Por eso la Cancillería como parte de su trabajo habitual y sobre todo este grupo selecto de abogados están permanentemente estudiando los casos”.

Frente al fallo mismo, Israel subraya que sería un traspié para Chile que se pierda algo. “Para Chile sería grave aunque sea perder un 1% de territorio marítimo, porque todas nuestras relaciones internacionales y nuestra defensa están concebidos en la base de nuestros tratados. Esa es la piedra angular de la política exterior y eso lleva a que la política de defensa sea exclusivamente de defensa, porque Chile no ambiciona ningún territorio y lo que ha ganado y perdido en guerra, nunca los hemos reinvidicado como por ejemplo, la Patagonia”.

Bolivia y su afán


Ricardo Israel advierte que cualquiera sea el resultado, es un incentivo para Bolivia desde todo punto de vista.

“La gran lección que tiene que tener Chile es no subestimar lo que está haciendo Bolivia, porque Perú, con enorme constancia, construyó un contencioso artificial de la nada que comenzó en 1986 y que atravesó todos estos gobiernos y siempre se dijo lo mismo que no había nada jurídico. Es que estos fallos no son sólo parcialmente jurídicos y económicos, tienen mucho que ver con la tradición, la historia y las relaciones internacionales”.

En tanto, el abogado y ex cónsul de Chile en Bolivia, Oscar Fuentes, aunque remarca que para cualquier análisis hay que ver cuál es el fallo de La Haya, asevera que al país altiplánico “todo le sirve”.

“Para Bolivia siempre todo este tipo de procesos le van a servir. Ellos no quieren convencerse de que se equivocarán al ir a La Haya. Tenemos un tratado de límites con ellos, y los tratados de límites no están en la competencia de la Corte. Ellos no pueden decirle a Chile cambien su tratado. Los tratados se deshacen como se hacen, por acuerdo de las partes, y Chile está muy contento con este tratado que tiene más de 100 años, que se sigue ejecutando y sigue sirviendo a la relación de paz de Bolivia y Chile.

El trabajo de la Corte


Para el ex canciller, Mariano Fernández, es “irresponsable” empezar a especular si el fallo Chile-Perú tendrá repercusiones en otros países. “Es una pregunta que no tiene respuesta porque no sabemos cuál es el fallo”, señala.

Incluso añade que “la Corte ha decidido muchas veces sobre estos temas. Acaba de decidir sobre Colombia y Nicaragua. La Corte está permanentemente en esto, no vamos a despertar a nadie y si despertamos a alguien será porque estudió el fallo y se demoraría meses o años en decir: esto nos podría servir”.

Es más, dice que la Corte Internacional ha pasado por distintas etapas, en las que ha tenido poca actividad y otras como la actual, en la cual ha tenido una gran carga de trabajo. “Mucho ha tenido que ver la aprobación de la Convención del Mar que entre paréntesis Perú aprobó muy poco antes de acudir a La Haya. No hay en la Corte algo así como los precedentes de la Corte Suprema norteamericana, donde cada caso se ve en particular y además, cambia mucho el origen de los integrantes de la Corte que deben ser asignados por las Naciones Unidas”.

 

El complejo caso de Colombia-Nicaragua

En 2012, la Corte Internacional de La Haya determinó que Colombia se quedara con el territorio en disputa y concedió a Nicaragua derechos económicos sobre una extensión de territorio en el mar Caribe que antes formaba parte de la zona limítrofe colombiana. Ante los resultados, Colombia calificó el fallo como "inaplicable" ya que iba en contra de su Constitución. "La única forma de modificar los límites del país es por medio de un tratado que sea aprobado por el Congreso y ratificado por el presidente", afirmó en su momento la canciller colombiana, María Ángela Holguín.

Esta situación desencadenó el retiro de este país del Pacto de Bogotá y llevó a una serie de diferencias entre ambos países en cuando a la implementación del fallo.

La pesca fue otro de los frentes de conflicto, ya que pescadores colombianos tuvieron que dejar su actividad en aguas que ahora Nicaragua considera suyas en aplicación del fallo internacional. Igualmente, surgieron problemas respecto a la explotación de recursos en el área de la plataforma continental sobre la que ahora Nicaragua reclama derechos.

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