La Comisión Europea (CE) permitirá a los Estados miembros ayudar
a sus respectivos sistemas financieros hasta 2012. No obstante, los requisitos
serán más duros.
De acuerdo con las nuevas reglas, aprobadas hoy por la
Comisión, cualquier banco que reciba ayudas públicas deberá presentar un plan
de viabilidad o de reestructuración. Hasta ahora, sólo estaban obligados a
hacerlo los bancos que se consideraban en riesgo, es decir, aquellos para
quienes las ayudas estatales supusieran al 2% de sus activos ponderados por
riesgo.
La prorroga de las ayudas también vale para las pequeñas y
medianas empresas (pymes) aunque, también en este caso, se endurecen los
requisitos de acceso.
Por ejemplo, podrán seguir recibiendo subvenciones las
pymes que tienen dificultad para acceder el crédito, pero no aquellas cuyos
problemas dependan de su propio modelo de negocio. Dicho de otra forma,
Bruselas quiere evitar que las ayudas sirvan para mantener en vida compañías
cuyos problemas son estructurales, porque su negocio no es viable.
Europa adoptó las medidas de ayuda a la banca a finales de
2008, para frenar los efectos de la crisis subprime, amplificados por la caída,
en septiembre, de Lehman Brothers. El pasado verano, la CE ya endureció las
condiciones de acceso a las ayudas para la banca.
El objetivo, según el comisario de Competencia, Joaquín
Almunia, es la retirada gradual de las medidas, para que el mercado vuelva a
empezar a funcionar normalmente, sin distorsiones. Sin embargo, las nuevas
tensiones que viven los mercados debido a la crisis de la deuda soberana
aconsejan prudencia.