Las negociaciones de un nuevo rescate financiero para Grecia tropezaron la madrugada del viernes, luego de que el partido de extrema derecha, la Agrupación Popular Ortodoxa (LAOS), uno de los tres socios del gobierno de coalición griego, rechazara el plan de austeridad que exigen los acreedores internacionales.
La incertidumbre que provocó LAOS puso la mira en los líderes de los tres partidos políticos que respaldan al actual gobierno de coalición, ya que las inminentes elecciones generales, aplazadas hasta abril, están complicando la salida de la crisis. El duro programa de ajustes ha sido rechazado ampliamente por la población y hace temer a los políticos un fuerte castigo electoral en las urnas.
Grecia enfrenta un pago de bonos de 14.500 millones de euros (US$ 19.300 millones) el 20 de marzo, para lo que ha estado buscando ayuda desde julio. La administración de Lucas Papademos, primer ministro desde noviembre de 2011, tras la salida de George Papandreou, dijo que renunciaría una vez que el nuevo rescate y las amortizaciones de deuda sean realizados, ya que aquellas eran las principales tarea de su administración interina.
La coalición de Papademos es respaldada por el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK, el partido del Papandreou), la Nueva Democracia (centro derecha) y LAOS.
Favorito en las encuestas
Los sondeos muestran que Nueva Democracia, cuyo líder es Antonis Samaras, obtendría 30% de las votaciones en las elecciones legislativas, más del doble que su rival, el PASOK, que no estaría ni en las tres primeras preferencias. La situación le dejaría a Samaras dos opciones: formar una coalición con otros partidos o pedir que se repita la votación para consolidar su victoria.
Sin revelar por cual de las dos opciones optaría, Samaras ha manifestado su confianza en ganar los votos suficientes, dejando claro que una coalición no sería una buena solución para Grecia.
Samaras, acusó al gobierno de George Papandreou (quien fue su amigo en la universidad), de fracasar en negociar durante los últimos dos años para proteger a Grecia de las medidas de austeridad y los recortes de pensiones, los que finalmente fueron la mitad de lo buscado inicialmente.
Samaras ha señalado que Grecia enfrenta una depresión económica a largo plazo y no sólo una recesión. “Grecia necesita elecciones ahora más que nunca”, dijo el economista de 60 años, que sería primer ministro en un gobierno con mayoría parlamentaria de Nueva Democracia.
Esperanzas de reelección
El PASOK, que hasta noviembre gobernaba con 160 escaños de los 300 del poder legislativo unicameral, no mantiene un líder definitivo para las elecciones de abril. Se espera que entre el 17 y 18 de marzo los miembros del partido decidan quien será el nuevo líder y Papandreou enfrenta al menos cinco potenciales contendores. Como favorito figura el actual ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos.
La baja popularidad del partido, que no figura entre los dos primeros, no ocurría desde hace 30 años. De no obtener la mayoría de 155 escaños en abril, como prevén las encuestas, el partido podría ser un socio menor en una coalición, lo que podría obligarlo a dividirse en un ala socialista y otra más de centro.