El Banco Central Europeo, que mantuvo ayer las tasas de interés de la eurozona en un mínimo récord de 0,75%, dijo que podría reactivar sus compras de bonos de los gobiernos que comparten el euro para reducir los disparados costos de endeudamiento de España e Italia, aunque las condiciones que fijó para hacerlo y la oposición de Alemania dejaron decepcionados a los mercados.
El presidente de la entidad financiera, Mario Draghi, no pudo repetir el éxito de una semana atrás al condicionar cualquier intervención del emisor a una petición explícita de rescate soberano por parte de los gobiernos implicados.
Sin embargo, ni el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, ni el primer ministro italiano Mario Monti, reunidos en Madrid, se dieron por aludidos. Rajoy no hizo referencia al tema en la conferencia de prensa posterior a la cita, mientras que Monti aseguró “que no va a haber un rescate a Italia”, aunque dijo estar considerando las ayudas para que los países se financien mejor.
Draghi dijo que cualquier nueva medida del banco depende de que los gobiernos de la eurozona usen primero los fondos de rescate: el temporal y el permanente. También explicó que no se realizaría ninguna intervención antes de septiembre y que tres comités trabajarían ahora para definir el método de intervención.
Un sondeo a casi 50 analistas, recopilado por Reuters, después de que Draghi habló, reveló que la mayoría de los consultados esperan que el BCE comience a comprar bonos españoles e italianos en septiembre y que baje las tasas a 0,50%. Además, mantendría la tasa de depósitos en cero al menos hasta fines de 2013.
Fuerte presión
Justo antes de la reunión del BCE el Tesoro español había pasado una prueba, al colocar 3.132 millones de euros en bonos a dos, cuatro y diez años, lo que fue mayor del máximo previsto, aunque tuvo que subir las tasas respecto a la subasta anterior. Esto considerando que los mercados y los políticos han elevado su presión contra el BCE para que actúe, especialmente después de que Draghi declarara la semana pasada que haría “todo lo que sea necesario” para salvar al euro.
Y tras la reunión de ayer las cosas no mejoraron. La rentabilidad del bono español superó el 7% que gatilló los rescates de Grecia y Portugal, y cerró en 7,17%; la prima de riesgo (diferencia entre el bono español a diez años y el bund alemán) cerró en 594 puntos y el Ibex se desplomó, finalizando la jornada con una caída de 5,16%.
Por su parte, el ministro alemán de Economía, Philipp Roesler, elogió las declaraciones de Draghi, destacando que el nuevo fondo de rescate de la eurozona tiene vetado por la ley europea acceder a los fondos de la entidad.
Alemania, la mayor economía de Europa, argumentó por mucho tiempo que garantizar una licencia bancaria al fondo de rescate para usar los fondos del BCE sería ilegal, ya que calificaría como financiamiento para déficit gubernamentales.
En paralelo, la calificadora Standard & Poor’s (S&P) confirmó el rating AAA con perspectiva estable a Alemania, la máxima nota posible, debido a que su economía “altamente diversificada y competitiva” demostró capacidad de absorber grandes presiones financieras y económicas, informó la agencia.