LONDRES
Empresas globales están eliminando objetivos climáticos de los planes de compensación para sus ejecutivos, en un contexto de creciente oposición a las iniciativas ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en Estados Unidos y el aumento de costos asociados.
UBS eliminó del informe anual el vínculo entre la compensación de sus ejecutivos y la reducción de emisiones en sectores como bienes raíces, energía y cemento para 2030. Standard Chartered eliminó referencias en los bonos anuales de 2025 sobre la reducción de emisiones financiadas en línea con sus metas para 2030. HSBC redujo el peso de los objetivos ambientales en su plan de incentivos a largo plazo de 25% a 20% y eliminó una medida de sostenibilidad de los bonos anuales.
A pesar de estos cambios, ninguna de estas instituciones ha eliminado completamente las métricas ambientales. UBS mantuvo algunos indicadores de sostenibilidad, y Standard Chartered sigue incluyendo referencias a la reducción de emisiones financiadas en sus planes de incentivos.
En tanto en EEUU, según el think tank Conference Board, el número de empresas que vinculan la compensación a objetivos de sustentabilidad se estancó el año pasado, lo que podría reflejar un “reequilibrio de enfoques corporativos tras la persistente oposición a las iniciativas ESG”.
Expertos advierten que existe una división según la geografía de los inversionistas. “Si eres una empresa globalmente diversificada, es probable que estés recibiendo mensajes contradictorios”, dijo Andrew Page, de PwC.
Más allá del sector bancario, otras compañías también han retrocedido en la vinculación de la compensación a objetivos climáticos. BP eliminó un objetivo que ataba los bonos al crecimiento de sus negocios de transición energética, apenas un año después de introducirlo. La petrolera, que redujo su ambición de convertirse en líder en energía verde, argumentó que el objetivo no había generado resultados tangibles en 2023.
Starbucks anunció que eliminará un objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de su plan de incentivos a largo plazo el próximo año, junto con una métrica de diversidad, equidad e inclusión. No obstante, su plan de bonos anuales seguirá evaluando metas para fomentar “una cultura de pertenencia, alegría y sostenibilidad”.
Analistas advierten que esta tendencia también podría reflejar la preocupación de los inversionistas de que los ejecutivos estén recibiendo recompensas por objetivos que tienen poco impacto real en la estrategia de sustentabilidad de las empresas o en el cambio climático.
“Los objetivos ESG no están haciendo que las empresas con malas prácticas reduzcan su impacto negativo”, dijo Tom Gosling, del London School of Economics. “Existe el peligro de que solo generen más compensación para los ejecutivos, sin mejorar realmente el ESG”.