Por María Ignacia Alvear C.
Japón y la Unión Europea acordaron ayer comenzar en abril las negociaciones de un tratado de libre comercio (TLC) a pesar de la oposición de las automotrices europeas, lo que representa una prueba de lo que ambas partes están dispuestas a hacer para impulsar el crecimiento.
“Los líderes han decidido empezar las negociaciones para un acuerdo que cubra la cooperación política, global y sectorial”, indicó un comunicado conjunto del primer ministro japonés, Shinzo Abe; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso; y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Se espera que las negociaciones duren tres años, en las que Japón buscará un mayor acceso al mercado europeo de 500 millones de consumidores para sus automóviles, productos electrónicos e inversiones. Por su parte, la UE buscará concretar más negocios en sectores lucrativos como el ferroviario y el de alimentos procesados.
Japón es el séptimo mayor mercado exportador de la UE, con compras de bienes europeos valoradas en 69.000 millones de euros
(US$ 89.680 millones) en 2011. Para la economía nipona, la UE es el tercer mayor mercado con envíos de 6,5 billones (millones de millones) de yenes (US$ 68.790 millones) en 2012. La Comisión Europea cree que un TLC podría elevar el PIB en casi 1% en ambos socios y crearía 400.000 empleos en la UE.
Eliminación de aranceles
Tanto Japón como la UE tienen bajos aranceles en bienes. Sin embargo, el gravamen en la nación asiática se mantiene alto en los sectores agrícola y de alimentos procesados y bebidas, en los que la UE es un gran exportador global. Además, los europeos buscan reducir las barreras arancelarias para servicios financieros y farmacéuticas.
También son altos los aranceles sobre las principales exportaciones japonesas, entre las que destacan el gravamen de 10% aplicado a los automóviles. La economía nipona quiere remover los aranceles, ya que Corea del Sur se presenta como una amenaza a su mercado exportador desde que concretó un TLC con la UE.
Sin embargo, las automotrices europeas dudan del compromiso de Tokio a abrir su mercado. Si bien Japón no tiene aranceles sobre los autos europeos importados, cuenta con una serie de barreras que dificultan el ingreso de vehículos occidentales. Una de ellas es el uso de estándares ambientales y de seguridad. Otro problema es la categoría nipona de autos “livianos”, que se benefician de exenciones tributarias, pero la mayoría de los autos pequeños europeos con encajan en esta categoría.
Concretar acuerdos comerciales se está convirtiendo en una de las opciones de las economías avanzadas para reimpulsar su crecimiento. El premier japonés anunció hace menos de dos semanas su intención de unirse a las negociaciones al Acuerdo Transpacífico (TPP, su sigla en inglés). La UE, en tanto, anunció negociaciones a comienzos de año para un TLC con EEUU. “Nuevos acuerdos de libre comercio presentan oportunidades para revertir el anémico crecimiento”, comentó el legislador conservador británico Syed Kamall.