Latinoamérica respondió este año a la crisis económica
mundial no sólo mucho más efectivamente que en otros periodos de turbulencias
internacionales, como se esperaba, sino incluso mejor de lo que los expertos y
los organismos financieros internacionales habían previsto.
En general, los países de la región entraron en recesión más tarde que los de
las regiones industrializadas y están saliendo prácticamente a la par.
Esto no le evitará ver este año truncado un crecimiento económico conjunto que
ya prolongaba durante seis años.
La crisis golpeó a la región en algunos rubros importantes como el de las
exportaciones, el de las materias primas (que vieron bajar su precio en la
primera parte del año), la inversión extranjera, el turismo o las remesas.
Como consecuencia, la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)
pronostica que el Producto Interno Bruto (PIB) regional caerá este año entre un
1,5% y un 2%, tras seis años de aumentos.
Hace dos meses, el Fondo Monetario Internacional (FMI)
difundió sus últimas previsiones para la economía mundial y auguró un retroceso
de 2,5% para la región, frente a los descensos de 2,7% para Estados Unidos y de
4,2% para la zona euro.
No obstante, esa perspectiva es peor que la de otras economías emergentes, como
Rusia (que subiría un 7,5%), China (8,5%) o Asia en general (5%).
"La crisis está teniendo un impacto este año en la región (...). Ha habido
un impacto sobre la tasa de crecimiento, sobre la pobreza, y ha aumentado el
desempleo", aseguró la semana pasada el jefe de la Unidad de Estudios del
Desarrollo de la Cepal,
Daniel Titelman, a Efe.
Una de las consecuencias, según la
Cepal, es que las tasas de pobreza aumentaron en
Latinoamérica en un 5%, al pasar de 180 millones de pobres a 189 millones.
Pero la crisis "nos afectó menos de lo que nosotros y el mundo
esperaba", indicó el experto, que atribuyó este hecho a que la mayoría de
los países tenía bajos niveles de deuda pública e inflación y había acumulado
reservas suficientes como para financiar políticas contracíclicas.
"La crisis económica mundial ha golpeado duramente a América Latina y el
Caribe en 2009, pero la buena noticia es que la región ha respondido
considerablemente mejor que en previas recesiones mundiales y también mejor que
muchas otras economías de otras regiones", coincidió la subdirectora de
Estudios Regionales de América del FMI, Ana Corbacho, en declaraciones a Efe.
Corbacho también vinculó este hecho a que la zona afrontó la turbulencia
mundial con marcos de política económica más sólidos y creíbles, y con menores
vulnerabilidades financieras, externas y fiscales.
Para el año que viene los pronósticos apuntan a que la región volverá a crecer,
alrededor de un 3%, según los últimos cálculos de la Cepal y el FMI.