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Lecciones de Sinovac: aún estamos a tiempo

Rodrigo Yáñez y Andrés Rodríguez Socios en Deloitte

Por: Rodrigo Yáñez y Andrés Rodríguez | Publicado: Viernes 3 de noviembre de 2023 a las 04:00 hrs.
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Rodrigo Yáñez y Andrés Rodríguez

La controversia generada en torno a la cancelación de los proyectos de inversión de Sinovac en Chile para la investigación, llenado y fabricación de vacunas ha vuelto a poner en el centro de la discusión la importancia de concretar este tipo de inversiones en el país, especialmente como una de las principales lecciones aprendidas producto de la pandemia por Covid-19.

Para ello, la convicción (o visión) del Estado es fundamental, pero también volver a extraer el máximo valor de las asociaciones púbico-privadas para proyectos de inversión en nuestro país. Chile fue uno de los países más exitosos del mundo en el manejo de la pandemia y en la inoculación de su población sin producir una sola vacuna en su territorio. Ello fue posible gracias a su apertura al mundo, su eficiencia sanitaria, logística y una afiatada alianza público-privada que asignó eficientemente roles durante la pandemia.

“Nuestra política de atracción de inversión extranjera es sin discriminaciones. Eso no impide fórmulas innovadoras de asociación público-privada que generen atractivos temporales y de valor para proyectos que son estratégicos para el país”.

En régimen de normalidad es lógico que el país importe vacunas. Sin embargo, participar “más arriba” en la cadena de valor para la producción de vacunas es un bien público en sí mismo, pues nos dotará de mejores herramientas frente a una crisis sanitaria similar, que requiera una rápida reacción. Ello no ocurrirá sin una visión clara, un propósito realista y objetivos concretos, pero tampoco sin pensar “fuera de la caja” y alinear lo que sea necesario para concretar tales objetivos.

Como sabemos, nuestra política de atracción de inversión extranjera es sin discriminaciones ni tratos especiales respecto de empresas nacionales. Sin embargo, se confunde lo anterior con un legítimo objetivo de política sanitaria, como es éste, plenamente compatible además con fórmulas innovadoras de asociación público-privada que permitan generar atractivos temporales y de valor para inversiones que son estratégicas para nuestro país y que, al mismo tiempo, permitan traspaso de conocimiento específico, tecnología avanzada y mejores prácticas a nuestras industrias locales.

El desarrollo de licitaciones, o compras públicas, que incluyan de forma transparente un programa de “offset” o compensación industrial, debiera ser analizado y profundizado para sectores estratégicos de inversión para nuestro país, al igual como ocurre en otras áreas prioritarias como son las adquisiciones en el sector defensa. Asimismo, el establecimiento de las transferencias tecnológicas con incentivos adecuados para quienes invierten o las ventanillas únicas que faciliten la “permisología” asociada a proyectos estratégicos de este tipo, son todas alternativas que están sobre la mesa y donde instituciones como CORFO, InvestChile, las universidades, Fundación Chile y otros actores, debiesen jugar un rol central no sólo en el desarrollo de programas especiales, sino también en la gestión, certificación y seguimiento de estos programas.

Los procesos de decisión de inversión por parte de jugadores internacionales son largos y costosos, pero la decisión de no inversión también significa un impacto financiero. Aún estamos a tiempo de actuar y de concretar inversiones como la que generó la polémica de estos últimos días. El llamado es entonces a superar la polémica y actuar con convicción, rapidez e implementar incentivos adecuados en un tema de la mayor relevancia para Chile.

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