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Recuperación del empleo femenino, un imperativo para las organizaciones

Daniela Pardakhti, directora Gestión de Personas y Calidad de Vida Scotiabank Chile

Por: Daniela Pardakhti, directora Gestión de Personas y Calidad de Vida Scotiabank Chile | Publicado: Jueves 26 de mayo de 2022 a las 16:30 hrs.
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Daniela Pardakhti, directora Gestión de Personas y Calidad de Vida Scotiabank Chile

Sin duda, uno de los mayores efectos que tuvo la pandemia del Covid-19 sobre las familias ha sido la destrucción de empleos, sobre todo en el caso de las mujeres que debieron asumir mayores labores de cuidado de la familia y el hogar. Y si bien los números muestran una tendencia a la recuperación, lo cierto es que aún falta trecho por recorrer para que la participación femenina en el mercado laboral vuelva a exhibir los niveles previos a la crisis sanitaria. En este camino, las empresas tenemos un rol clave al impulsar iniciativas que contribuyan a una recuperación sostenible y con equidad de género.

En el caso de Chile, según datos del INE, la pandemia provocó que más de 938 mil mujeres perdieran su trabajo y que su participación en el mercado laboral se redujera desde un 53% hasta un 41%. Durante 2021, estas cifras comenzaron a repuntar y ya en marzo de este año el mercado laboral acumulaba diez meses consecutivos de creación de empleos femeninos, así como un crecimiento en la búsqueda activa de trabajo por parte de mujeres. En números, esto significa que se han recuperado 773 mil puestos de trabajo de mujeres, lo que equivale a un 82% de lo perdido previamente. Sin embargo, aún falta que se creen 165 mil empleos para alcanzar la situación previa a la pandemia.

Pese a la recuperación que evidencian las cifras, un análisis internacional sobre empleo femenino realizado por la consultora PwC mostró que en este ámbito Chile se ubica en el puesto 31 de 33 países analizados, superando solo a México y Corea.

La pregunta es, entonces, ¿cómo seguir avanzando para no solo acelerar la recuperación de los empleos perdidos, sino que también para avanzar hacia un mercado laboral con más equidad de género? Es claro que entre los diversos factores que inciden para lograr este cometido, la manera en la que las empresas aborden temáticas de corresponsabilidad se alza como uno de los elementos clave, pese a que en la discusión pública no ha sido suficientemente relevada.

Es imperativo fomentar con más decisión el compartir las tareas y los roles en el hogar, para que sean muchas más las mujeres que puedan trabajar de manera formal. La misma pandemia también explicitó los beneficios de las nuevas tecnologías para cumplir con estos propósitos. Esquemas como el teletrabajo o los modelos laborales híbridos mostraron ser especialmente fructíferos para permitir que las familias distribuyan las tareas domésticas de una forma equitativa, y por tanto que más mujeres accedan a nuevas oportunidades de trabajo. 

En Scotiabank tenemos grandes avances que mostrar en estas materias. Un par de años antes de la crisis sanitaria instalamos políticas de teletrabajo, que fueron la base de un modelo híbrido que aplicaremos en forma permanente; también contamos con beneficios de flexibilidad y jornadas parentales especiales. Estas y otras medidas han permitido que nuestras trabajadoras y trabajadores puedan gozar de un mayor equilibrio entre su vida familiar y laboral.

Si nos comparamos con el resto de la industria financiera en Chile, el balance es más que positivo. Como empresa estamos felices porque el 55% de nuestra dotación es femenina, superior al 50% que promedia el sector. En la misma línea, cerca del 30% de nuestros cargos directivos y de toma de decisiones son ocupados por mujeres, mientras que en la industria la media es inferior al 25%. Y, por cierto, nuestro mayor orgullo es que logramos reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres a 2,6%, muy por debajo del promedio nacional que asciende a 27%.

Instauramos una nueva forma de trabajar y eso nos motiva para ir por más. Nuestro camino es claro y pasa por seguir cambiando nuestra cultura y empoderando a las mujeres para que desarrollen las habilidades de liderazgo que les permitan crecer tanto en lo profesional como en lo personal. Para ello, como organización impulsamos una política de Diversidad e Inclusión, en la que la equidad de género y la igualdad de oportunidades se traducen en medidas y programas que acompañan nuestro accionar diario. Lo hacemos por un profundo convencimiento ético y porque las miradas, las habilidades y talentos de las mujeres son irremplazables para nuestro desarrollo como organización y el de nuestro negocio. De este modo, no solo generamos condiciones de trabajo más igualitarias, sino que también aportamos de manera concreta a la construcción de una sociedad mejor.  

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