En marzo de este año, el restaurante Europeo pasó de manos de la familia Cisternas a manos de ocho socios, amigos y familiares, los Mandiola, Raide, Larraín y Maestri, todos con experiencia en el rubro y con ganas de darle un giro de 360 grados a este espacio ubicado en el corazón del barrio Alonso de Córdova, en Vitacura.
En estos casi nueve meses, remodelaron completamente el recinto, y de la mano del antiguo chef del restaurant y hoy copropietario, Francisco Mandiola, crearon una nueva carta inspirada 100% en la alta gastronomía chilena, donde los pescados, mariscos y productos propios de la costa y tierra local, se tomaron las mesas con una cocina más sustentable e inclusiva, donde los pequeños proveedores también son protagonistas.
“Chasconeamos el Europeo”, dice Maximiliano Raide, uno de los nuevos dueños, para referirse a la renovación de los espacios. Le dieron un look más contemporáneo, botaron paredes, cambiaron música y bajaron los precios de la carta entre un 20% a 25%, todo para captar a un público más joven.
Siguiendo esta ruta, acaban de inaugurar el Jardín Secreto, un lugar que se abrirá sólo los miércoles en la noche, donde se puede tomar una copa, comer, en un jardín completamente cubierto, con un cupo para 45 personas.
Este nuevo concepto orientado a personas de 30 a 45 años, busca ser algo “especial”, explica el socio, por eso sólo estará abierto una noche a la semana, se ingresa por una puerta escondida, e, incluso, cuenta con un sector para networking, donde la idea es dar un valor agregado a quienes asistan.
Completa la oferta una terraza que debutó hace un par de semanas, que abre todos los días a la hora de almuerzo, con cocina propia y que busca posicionarse en este sector con una propuesta atractiva, pensada para captar a las nuevas generaciones. “Definimos una carta específica para la terraza del Jardín Secreto, con una carta de almuerzo a precio asequible, además de vinos y cervezas”, dice.
Entre los planes para 2018, adelanta, está la remodelación del privado del restaurant para transformarlo en una cava, donde las empresas puedan hacer sus reuniones y directorios con cocina en directo y una selección de 20 viñas, grandes y pequeñas, con cepas tradicionales y otras menos conocidas como el carignan.
“Empezamos la construcción de la cava en noviembre. Tendrá una cocina abierta donde el chef junto a su equipo prepararán la comida a la vista; y la idea también es dar clases a las nuevas generaciones y por qué no, a futuro, ser un lugar donde también se eduque en torno a la cultura gastronómica”, dice.