Es una travesía apetecida donde pocos llegan. Se trata del aterrizaje de abogados chilenos como asociados o socios de estudios en Nueva York, Estados Unidos. Desde sus firmas o la propia iniciativa tras culminar sus estudios de postgrado son algunas rutas lógicas para que se abran las puertas del mercado legal de la capital financiera del país norteamericano, pero ese es solo el comienzo. Seis destacados profesionales relatan su periplo, los retos que atraviesan en el camino y el balance final.
Reconocen que es una experiencia única pese a los sacrificios, un lugar donde se trabaja duro y donde es recomendable hacer carrera entendiendo los riesgos y costos. Aquí sus historias.
José Manuel Vivanco: "Se requiere mucho más que talento jurídico"
Hace algunas semanas Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom LLP anunció la incorporación del chileno José Manuel Vivanco como socio de su oficina en Nueva York, en el marco de una ronda global de promociones. Su periplo en la gran manzana partió en 2015 como abogado visitante y luego fue promovido a los cargos de asociado, director y ahora socio.
Es de Viña del Mar pero siempre tuvo la inquietud de vivir en California, por lo que eligió hacer un LLM en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). La idea inicial era volver a Chile, pero en ese período conoció a quien hoy es su señora, que es colombiana, y decidieron buscar un punto intermedio para sus carreras. "En paralelo, se dio la oportunidad de integrarme como International Visiting Attorney en Skadden, una firma con la que sentí desde el principio un gran encaje personal y profesional".
Según relata Vivanco alcanzar roles de liderazgo en una firma de Nueva York "requiere mucho más que talento jurídico". “Compartes oficina con algunos de los mejores abogados del mundo: personas que salieron primeros de universidades de élite, que han ocupado cargos de alto perfil, y que operan bajo estándares altísimos. El nivel técnico es apenas el punto de partida; no es lo que te distingue. Lo que realmente marca la diferencia es el trabajo duro, la consistencia y una entrega sostenida a la excelencia”, enfatiza.
Un aspecto que destaca de la cultura legal estadounidense es que se valora especialmente la capacidad de comunicar con claridad, pensar estratégicamente bajo presión y anticiparse a lo que el cliente necesita antes de que lo pida. "Existe un fuerte énfasis en la autonomía: se espera que los abogados tomen decisiones, lideren equipos y aporten soluciones desde etapas tempranas. La proactividad no es solo bienvenida, es parte esencial de la cultura profesional".
Por último, el experto manifiesta que hacia adelante, uno de los grandes desafíos es mantenerse actualizado frente a los avances tecnológicos que están transformando la práctica legal. "Herramientas de inteligencia artificial, automatización de procesos y nuevas plataformas de gestión están cambiando no solo cómo trabajamos, sino también qué se espera de nosotros como abogados. Eso exige una mentalidad flexible, dispuesta a aprender de manera continua y a repensar la manera en que entregamos valor", puntualiza.

Alfonso Ugarte: Valor agregado, lo que marca la diferencia
"Me incorporé a Cuatrecasas en Santiago en enero de 2021 y no pasó ni un año antes que se me ofreciera la posibilidad de venir a Nueva York". Así relata su arribo el socio de Cuatrecasas en Nueva York, Alfonso Ugarte. Lleva tres años allá y, como fue planificado, regresará a fines del próximo mes a Chile. Será reemplazado por un socio de la oficina de Bogotá. "En nuestro caso y considerando el rol eminentemente comercial de esta posición buscamos tener a varios socios como referentes en Norteamérica y alejarnos de caudillismos y personalismos", explica.
Alcanzar roles de liderazgo en una firma legal en Nueva York depende de varios factores, pero en general -dice- "uno observa que las oficinas americanas ponen un foco muy fuerte en métricas de productividad". Recalca que allá "tu cartera de clientes o book of business es fundamental". También es importante la excelencia técnica, la capacidad de adaptarse a entornos multiculturales, y de liderar equipos diversos y construir relaciones de confianza con clientes de distintas jurisdicciones. "La resiliencia y la capacidad de aprender de los desafíos marcan la diferencia en un entorno tan exigente como el americano", añade.
Ugarte reconoce que el mercado legal en Nueva York es, sin duda, el más competitivo del mundo. Lo que marca la diferencia -advierte- es la capacidad de ofrecer valor agregado: entender profundamente las necesidades del cliente, anticiparse a los cambios y ser innovador en la solución de problemas. Suma que la reputación, la ética profesional y la capacidad de trabajar bajo presión también son aspectos que distinguen a quienes logran destacarse. "Hay que tener cuero duro como dicen, ya que la carga de trabajo es muy intensa", sincera.
"Si bien existen similitudes con el mercado chileno, como la importancia de la formación continua y la ética profesional, en Nueva York se enfatiza mucho la multiculturalidad y la habilidad para trabajar en equipos internacionales. El desarrollo de carrera tiende a ser más estructurado y competitivo, con un enfoque muy fuerte en resultados y generación de negocio", complementa.
Y sentencia: "Definitivamente recomiendo considerar una experiencia profesional en Nueva York. Es un desafío enorme, pero también una oportunidad única para crecer, aprender y expandir la visión del derecho y de los negocios. La exposición a casos complejos y a una red internacional de contactos enriquece enormemente la carrera de cualquier abogado".
Nicole Duclos: "Desde un principio, la curva de aprendizaje fue pronunciada"
En Chile fue entrenada en el sistema civilista y llegando a Nueva York tuvo que convertirse en una litigante bajo el sistema del common law. "Desde un principio, la curva de aprendizaje fue pronunciada", reconoce la socia en el departamento de Arbitraje Internacional de Covington & Burling LLP en Nueva York, y líder de la Práctica Latinoamericana global de la firma, Nicole Duclos.
Recuerda que tuvo que "partir de cero y trabajar el doble" para alcanzar el nivel de excelencia que clientes y colegas esperaban de ella. "Pero todo esfuerzo trae sus recompensas, y después de todo este tiempo, puedo trabajar en los dos sistemas y enfrentar los desafíos que presenta cada nuevo asunto", dice.
Hace 25 años, Duclos se fue a Estados Unidos para realizar un Máster en Derecho (LL.M.). Mientras cursaba la maestría, quiso sacar provecho del permiso de trabajo asociado a la visa de estudiante para trabajar por un año antes de iniciar mi doctorado. "Ese año se convirtió en más de dos décadas trabajando en Nueva York", destaca.
¿De qué depende llegar a tomar roles de liderazgo en una firma legal en Nueva York? La abogada no cree que sea muy diferente a aquello que se necesita para tomar puestos de liderazgo en Chile o en otras jurisdicciones. "Si bien el mercado legal en Nueva York es competitivo, las cualidades de un líder son las mismas. Además de la preparación y el entrenamiento sustantivos, es necesario tener una buena dosis de pasión por el trabajo y tu equipo", dice. A su juicio, ser líder es inspirar y guiar a los que vienen detrás para que puedan brillar con su propia luz: "Construir y nutrir equipos son los aspectos más gratificantes del liderazgo".
Duclos recomienda hacer carrera en Nueva York para aquellos que tengan interés en explorarlo. "Como abogado(a), uno puede tener una carrera satisfactoria y plena en cualquier país. En mi caso, el ejercicio de una carrera en arbitraje internacional en Nueva York ha sido un camino de aprendizajes y de grandes satisfacciones personales y profesionales", indica.
Duclos es enfática: "Llevo 25 años en Estados Unidos, y 24 años trabajando en Nueva York. No creo que vuelva a ejercer como abogada en Chile". Sin embargo, reconoce: "El trabajo que realizo es internacional y me encuentro trabajando en Chile (y otras jurisdicciones latinoamericanas) con frecuencia".
Andrés Mena: "Plantearse como abogado norteamericano, no latinoamericano"
Andrés Mena, socio y U.S. co-chair de la práctica de financiamiento de Willkie, Farr & Gallagher LLP en Nueva York, lleva 25 años trabajando allá. Confiesa que volvería a Chile ya jubilado, presumiblemente a trabajar en directorios o algo similar.
Con esa experiencia, asegura que es un mercado inmensamente competitivo para abogados en general, y aún más para abogados que tienen un background extranjero, especialmente latinoamericano. "Me llegan decenas de currículums y peticiones de entrevistas cada año. Es un mercado donde lograr entrar es un verdadero desafío porque la oferta de abogados es grande y porque diferenciarse es difícil", asegura.
Y enfatiza: "Uno tiene que plantearse como abogado norteamericano, no latinoamericano. Incluso si uno se dedica principalmente a la práctica latinoamericana, uno siempre debe mantener una parte sustantiva de su trabajo en el mercado local o en ofertas internacionales que no sean latinoamericanos".
Mena estudió en la Universidad de Chicago y encontró su primer trabajo en un estudio en esa ciudad. Su aterrizaje en Nueva York fue cuando se mudó a la oficina de Nueva York de ese estudio luego de un par de años.
Lo primero que se busca en los abogados corporativos en Nueva York -reflexiona- es la habilidad de solucionar problemas y hacer que los deals caminen. Su mensaje es claro: "Sirven poco quienes recitan códigos y den largas respuestas a preguntas simples. Se aprecia la brevedad, la claridad, la efectividad en el trabajo legal. Sirve de poco encontrar múltiples razones para no hacer un negocio, no evaluar apropiadamente un riesgo, etc".
Lo segundo es que "se trabaja y se trabaja en serio: los feriados, los fines de semana, las vacaciones, todas son condicionadas por el trabajo". "Es una espada de Damocles sobre el tiempo libre", sentencia.
¿Cuáles son los mayores desafíos? "Mantenerse relevante en áreas de prácticas que no se comoditicen, que no se vuelvan de menor valor agregado con el tiempo", dice.
Recomienda hacer carrera allá, pero entendiendo el riesgo y el costo. "Hacer carrera en Estados Unidos, especialmente en BigLaw, es difícil. Está lleno de riesgos, y requiere de un enorme sacrificio en términos de vida personal", sincera. Sin embargo, cuando resulta, la carrera allá da lo más interesante y atractivo que la abogacía en el área de negocios puede ofrecer.
Josefina Ayala: El valor de un mercado competitivo, transparente y meritocrático
Con casi cinco años viviendo en Nueva York, no tiene planes de volver en el futuro cercano. "Por ahora mi foco está en seguir creciendo como abogada en Willkie Farr & Gallagher. Trato de estar siempre conectada con Chile y voy una vez al año a hacer clases sobre Financiamiento de la Empresa a la Universidad Adolfo Ibáñez y en el futuro me gustaría participar en directorios que me permitan trabajar en Nueva York pero ir y participar activamente en el mercado chileno", asegura Josefina Ayala.
Empezó su carrera como asociada corporativa en Claro & Cia y, cuando terminó de estudiar en Columbia University, trabajó como asociada internacional en una firma en New York, siempre pensando que iba a volver a Chile. Pero mientras estaba trabajando conoció a Andrés Mena, socio chileno en Willkie Farr & Gallagher y a través de él la firma la contrató como asociada en el área de financiamientos: "Él ha sido un gran mentor y promotor de mi carrera en Nueva York".
Para Ayala, que tiene su rol como "Associate, Banking and Finance", Nueva York es un mercado muy abierto y activo: "Siempre hay oportunidades para avanzar y desarrollarse profesionalmente hasta llegar a roles en los que se puede liderar equipos, reclutar talento y participar activamente en los comités e iniciativas de las firmas. La clave está en tomar esas oportunidades y comprometerse a estar continuamente aprendiendo".
Sobre cuán difícil es y qué marca la diferencia en un mercado que es altamente competitivo, sostiene que "el mercado legal en Nueva York es altamente competitivo pero también es muy transparente y meritocrático. Lo que marca la diferencia en Nueva York es la capacidad de trabajo, la disciplina, la resiliencia, y especialmente para abogados extranjeros, la capacidad de observar y adaptarse a los cambios".
Para ella, las competencias que más se valoran en la industria legal en Estados Unidos son: ética de trabajo, disciplina y capacidad para adaptarse a los cambios.
Una de las inquietudes ineludibles es cómo es para una mujer abogada estar en esta carrera. Ayala cree que se ha avanzado sustancialmente en eliminar las barreras de entrada, tanto en Nueva York como en Chile, pero "hay que seguir avanzando en remover las barreras que generan disparidades en cargos más senior". "He tenido la suerte de tener grandes mentores y amigos que me han impulsado siempre. Ahora mi foco está en seguir apoyándome en esos mentores pero también pavimentar el camino, impulsar y apoyar a abogadas más jóvenes.
La aventura de Barros & Errázuriz en la gran manzana: "Llevamos seis meses (con el proyecto) y lo calificamos como un éxito"
No solo hay chilenos en posiciones relevantes en estudios jurídicos de la capital financiera de Estados Unidos. Hace casi un año, Barros & Errázuriz anunció la apertura de su primera oficina comercial en Nueva York, que vino a materializar su anhelo por la internacionalización. Vicente Cordero, socio del área de M&A Corporativo, se radicó hace seis meses en dicha ciudad y desde ahí revisa lo que ha sido ese aterrizaje. Destaca que desde que arribaron se han superado las expectativas y que se encontraron con una "tremenda recepción de la comunidad de negocios de Nueva York" donde se les ve como un par.
Según explica, los clientes no se limitan solamente a los habituales, como los fondos de inversión, private equity o compañías chilenas o internacionales, sino que ahora se suman estudios de abogados con base en Nueva York. Cuenta que ya han generado negocios que surgieron directamente de esta aproximación distinta. Si bien es difícil medir, considerando -por ejemplo- que ya tenían relaciones de larga data con muchos de sus clientes, cuenta que se encuentran participando en conversaciones preliminares de transacciones se están estructurando.
Además, destaca que latinoamericanos que van a Nueva York ahora tienen dentro de sus paradas la oficina. Asegura que se han convertido también en un lugar en que chilenos, ya sean sus clientes o grupos económicos locales, "nos han usado de base en Nueva York para relaciones, para contactos, para potenciar sus negocios y eso se ha dado muchísimo". De hecho, a propósito del Chile Day, un grupo de conocidas personalidades fue a la oficina, demostrando que se han convertido en un centro de reunión, dijo, sin detallar nombres.
Entre las ventajas de estar allá, Cordero plantea que han podido entregar su visión y la temperatura de lo que se está viviendo en la comunidad de los negocios en Nueva York.
Sobre el proyecto, reconoce que siempre se deben estar evaluando, pero concuerda que "definitivamente" hace una diferencia estar allá. "Todos estos proyectos se evalúan constantemente, pero por el momento llevamos seis meses y nosotros internamente lo calificamos como un éxito", asegura.
Cordero cuenta que, a propósito de lo anterior, pronto crecerá el equipo. Este mes se unirá Martín Errázuriz (asociado senior) y en julio, Enrique Barros Vial (socio) al equipo en Nueva York.