Banco Central y gasto fiscal 2009: "Que no le ponga bencina a la hoguera"
Una intensa jornada se vivió ayer en la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados, donde se analizó la actual coyuntura
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Una intensa jornada se vivió ayer en la Comisión de Economía de la
Cámara de Diputados, donde se analizó la actual coyuntura de bajo
crecimiento, pero, sobre todo, de alta inflación. Para ello, fueron
invitados a la instancia, el presidente del Banco Central, José de
Gregorio, y el ministro de Hacienda, Andrés Velasco.
Sin
embargo, el tema en torno al cual giraron todas las intervenciones de
los parlamentarios fue el impacto del gasto fiscal expansivo en el
Índice de Precios al Consumidor (IPC) y la conveniencia de que el
guarismo se reduzca, a la luz de un entorno internacional complejo.
Cautelando
al máximo sus palabras para no intervenir en lo que calificó como
“decisiones políticas”, el timonel del Central -protagonista de la
primera parte de la sesión- argumentó que el hecho de que la economía
se haya desacelerado y la inflación se disparara es “una demostración
obvia de que se está contrayendo la oferta, que nos están subiendo los
costos”, lo que dijo “tiene un origen importado”.
Por lo
mismo, De Gregorio aseguró que tanto la política monetaria como la
fiscal en un escenario con schocks de oferta internacionales es
“contribuir a que la propagación de la inflación sea acotada”,
asegurando que lo que busca el instituto emisor “es que la demanda
agregada crezca menos”.
Fue en ese momento en que De Gregorio
entregó la señal más potente hasta ahora respecto de la visión que el
instituto emisor tiene acerca del debate de las últimas semanas sobre
gasto fiscal: “¿Qué tenemos que hacer en esta fase? tanto la política
fiscal como la política monetaria tienen que cooperar en términos de ir
restringiendo el gasto para reducir esta propagación de la inflación,
porque ése es es un fenómeno interno”, dijo el economista.
Y
como si eso fuera poco, agregó que “lo importante es una política
fiscal predecible con una regla sobre la que uno se basa (de superávit
estructural) y con grados de austeridad que no le pongan bencina a la
hoguera, hoy día en que estamos con un problema bastante serio”,
subrayó.
Luego de ello, reiteró que las definiciones de gasto
público son “una decisión política que corresponde al gobierno y al
Congreso Nacional”, pero que éstas “siempre tienen implicancias
macroeconómicas”.
“Un aumento del gasto fiscal o una
disminución de los impuestos presionan al alza las tasas de interés y a
la baja el tipo de cambio (...) no podemos decir qué viene en el
futuro, lo que quiero dejar claro es que la inflación en su gran
mayoría es importada, pero la propagación es responsabilidad nuestra,
tanto de la política monetaria como de la política fiscal”, subrayó.
Ante
la consulta de los parlamentarios respecto de si era pertinente seguir
con la política de seguir acumulando activos vía la compra de dólares,
De Gregorio sostuvo que “vemos mucho riesgo en el mundo todavía”
calificando de “coherente” la decisión.
Velasco y el gasto fiscal
La
última parte de la sesión tuvo como protagonista al ministro de
Hacienda, Andrés Velasco, quien fue literalmente acosado con preguntas
acerca del gasto fiscal.
Frente a ello, el jefe de las
finanzas públicas aseguró que 15 productos -asociados a la energía y a
los alimentos- explican el 55% de la inflación anualizada, que hoy
llega a 9,5%. Bajo esa lógica, según el secretario de Estado, la
inflación real “habría acumulado a junio poco más de 5%” y sería, por
lo tanto, de origen “importado” y no debido a un erario fiscal
expansivo. No obstante eso, Velasco dio señales respecto del gasto
público 2009: “Preservaremos los compromisos sociales, pero poniendo en
práctica una política fiscal que sea 100% coherente con una reducción
de la inflación; creo que las familias y los ciudadanos lo esperan”.