Beijing daría autonomía a los gobiernos locales para definir su propia política inmobiliaria

Nunca antes en la última década, las restricciones y los estímulos al mercado inmobiliario habían coexistido dentro en China continental.

Por: Por Langi Chiang
 | Publicado: Miércoles 6 de noviembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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Existe gran expectación ante la perspectiva de que el gobierno central dé a los funcionarios locales más poder para decidir las políticas de propiedad ya que los mercados están cada vez más polarizados.

Los precios de las viviendas aún están aumentando a más de 20% al año en las principales ciudades del país. Sin embargo, han dejado de subir o incluso han empezado a caer en algunas ciudades pequeñas donde la oferta ha excedido la demanda en medio de una desaceleración de la economía.

Esto hace que sea conveniente para el presidente Xi Jinping y el premier Li Keqiang descentralizar las políticas de propiedad. Si no, podrían repetir el error de sus predecesores en los esfuerzos para controlar la inflación inmobiliaria.

Wuhu, en la provincia de Anhui, da algunas pistas. La ciudad relajó los controles a las propiedades en agosto, eximiendo a los compradores con mayor nivel de educación de los impuestos notariales. Han pasado dos meses, y todavía no ha pasado nada.

Sin embargo, una medida similar de la misma ciudad en febrero del año pasado fue detenida inmediatamente por el gobierno central.

Wuhu no es la única ciudad a la que se le han bloqueado medidas de estímulo en los últimos dos años, y tampoco es la única ciudad que consiguió permiso en esta ocasión.

Wenzhou, una ciudad empresarial en la provincia de Zhejiang duramente golpeada por el debilitamiento de las exportaciones y la desaceleración de la inversión, fue la primera en relajar los controles inmobiliarios en agosto. Permitió que las familias sin una vivienda pudieran comprar dos, en lugar de sólo una.

Ambas ciudades intentaron estimular la demanda inmobiliaria después de la caída en las transacciones de propiedades. Los precios de las viviendas en Wenzhou han venido cayendo desde hace dos años.

Mientras tanto, otras ciudades han aumentado sus esfuerzos para enfriar sus efervescentes mercados de bienes raíces.

Las autoridades anunciaron el mes pasado un plan para incrementar el suministro de terrenos en Beijing para construir departamentos, mientras Shenzhen aumentó los depósitos para las familias que compran su segunda vivienda.

Nunca antes en la última década las restricciones y los estímulos a las propiedades habían coexistido en China continental. La práctica habitual era que el gobierno central emitía directrices en primer lugar, seguido de medidas detalladas para la implementación en cada ciudad. Cualquier acción contraria no era tolerada.

El anterior gabinete, encabezado por Wen Jiabao, también redujo los canales de financiamiento para los desarrolladores. Bloqueó prácticamente todos los planes de las empresas inmobiliarias de listar sus acciones en las bolsas de valores, y ordenó también a los bancos que fueran más estrictos en la aprobación de préstamos.

Estas medidas siguen vigentes, a medida que el nuevo gobierno diseña su propia estrategia para un aterrizaje suave en una industria clave, que afecta a más de 40% del resto de la economía.

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