¿Cómo se verá Venezuela bajo un nuevo gobierno de Chávez?

El mayor desafío para la oposición es mantenerse unida, después de su derrota, para las elecciones de gobernadores en diciembre.

Por: | Publicado: Miércoles 10 de octubre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Hugo Chávez fue reelegido para un nuevo período de seis años por un margen de casi once puntos sobre Henrique Capriles de la Mesa de la Unidad Democrótica (MUD). La sonora victoria de Chávez abrió el camino para una radicalización de su agenda, levantando dudas sobre la viabilidad de la oposición. Sin embargo, aunque el presidente va a disfrutar de cierta estabilidad política, también afrontará importantes desafíos económicos, y su debilitada salud seguirá generando interrogantes sobre una transición.

El apoyo total para Chávez superó los 8 millones de votos mientras que Capriles quedó por debajo de 6,5 millones (55% frente a 44%). Aunque muy decepcionante para los partidarios de la MUD, que habían anticipado una carrera mucho más estrecha, el resultado de todas formas representa una significativa mejora respecto de la elección presidencial de 2006, donde el candidato de la oposición, Manuel Rosales perdió por 25 puntos. Desde entonces, la oposición —ahora mucho más unida y con mejores candidato y estrategia— ha ganado más de 2 millones de votos, mientras que el presidente sólo agregó cerca de 700 mil (en los últimos seis años los inscritos crecieron en cerca de 3 millones).

Con la economía creciendo más de 5% este año, y la presidencia en manos de un carismático populista con acceso a sustanciales recursos fiscales y una casi total ausencia de contrapesos, no es sorprendente que Chávez ganara. Además, aunque la oposición se enfocó en ofrecer soluciones a los muchos problemas diarios de los venezolanos comunes, incluyendo la criminalidad, el desempleo y el deterioro en los servicios públicos, la efectividad de su campaña fue afectada por la presencia dominante del gobierno en los medios. Capriles montó una frenética campaña viajando por todo el país, pero su alcance en los medios fue limitado por las reglas electorales de tres minutos de transmisiones. Chávez, en cambio, que por razones de salud restringió sus apariciones públicas, utilizó todo el espectro de medios públicos para inyectar un incesante flujo de propaganda a favor del gobierno, presentada como información pública.



Unidad a prueba


Ahora que el resultado de la elección está claro, el desafío para la oposición es evitar una posible división de la heterogénea coalición de la MUD y superar la potencial apatía de los votantes antes de las elecciones de gobernadores, el 16 de diciembre. Por sobre todo, debe evitar que se repita el escenario de 2004, cuando una dura derrota en un referendo revocatorio contra la presidencia de Chávez llevó a que perdiera casi todos los cupos de gobernadores ese mismo año. En la última elección, Chávez ganó en todas salvo dos localidades (Mérida y Táchira), aunque en varias otras el margen fue estrecho. Sin embargo, su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), podría encontrar dificultades para capitalizar su victoria. Los candidatos ya designados (por el propio presidente) son en muchos casos figuras impopulares. En muchos estados todavía no hay candidatos. La MUD, en cambio, escogió a muchos de sus candidatos a través de elecciones primarias en febrero, mientras que otros están actualmente en ejercicio o son reconocidos líderes regionales con una fuerte base de apoyo político.

Capriles, que también fue elegido a través de las primarias, se convirtió en unos pocos meses en el líder indiscutido de la oposición. Paradójicamente, actualmente no ocupa ningún cargo político, habiendo tenido que renunciar a la gobernación del importante estado de Miranda para poder postular. Algunos observadores sugieren que vuelva a competir como gobernador (desplazando al candidato designado Carlos Ocariz), aunque es poco probable. Existe, por lo tanto, riesgo de que la influencia de Capriles gradualmente se desvanezca, abriendo la vía a nuevas pugnas dentro de la MUD.



Ambiente desafiante


Tras haber recibido un importante impulso, Chávez tratará de moverse rápidamente para consolidar su victoria dando drásticos pasos para que su “revolución” sea irreversible. Una vez que las elecciones locales (incluyendo las de alcaldes, en enero) hayan quedado despejadas, intentaría revivir la reforma constitucional, por la que fue estrechamente derrotado en 2007. La constitución de 1999 está en pugna con el “estado comunal” que está decidido a instalar. Pero también va a afrontar crecientes problemas económicos, debido, principalmente a sus políticas heterodoxas. Las reservas internacionales han caído a niveles peligrosamente bajos; el endeudamiento está creciendo rápidamente; y el tipo de cambio está fuertemente sobrevalorado.

La mayor incertidumbre, sin embargo, sigue siendo el verdadero estado de salud de Chávez y su pronóstico médico. Bajo la constitución actual, si llegara a fallecer en el cargo o quedara incapacitado para ejercerlo sería reemplazado temporalmente por su vicepresidente. Sin embargo, en un plazo de 30 días habría que convocar a elecciones, a menos de que ya hayan transcurrido cuatro años de su mandato.

Dado que nadie más en el PSUV goza de la misma popularidad, la oposición podría salir beneficiada. Como resultado, el presidente probablemente va a buscar modificar estas reglas en una futura reforma constitucional. La constitución también contempla un referendo revocatorio a mitad de período. Pero, eso requiere reunir millones de firmas, y en el caso del plebiscito de 2004, quienes firmaron después fueron objeto de presiones, haciendo poco probable que la iniciativa pueda repetirse.

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