El comercio exterior chileno sacó cuentas positivas en abril, el primer mes marcado por la incertidumbre que ha derivado del aumento de aranceles decretado en forma unilateral por Estados Unidos a comienzos de ese mes -de 10% en el caso local-, lo que ha dado pie a una serie de negociaciones alrededor del mundo. Las exportaciones locales totalizaron US$ 8.956 millones en el período, lo que implicó un alza de 5,7% en comparación con igual mes de 2024, según las cifras publicadas este miércoles por el Banco Central.
Los números positivos estuvieron determinados por las ventas de cobre al exterior, que llegaron a US$ 4.518 millones, es decir, un 8,2% más que hace un año, muy favorecido por el segmento de concentrados.
Los envíos industriales también contribuyeron al subir 8,6% en el último año y alcanzar a US$ 3.156 millones. Determinantes en esta área fueron las mayores ventas de salmón y celulosa.
El punto negativo estuvo marcado por las exportaciones agrícolas, que completaron ya tres meses descensos. En esta ocasión, el tropezón fue de 11,3% para llegar a US$ 685,2 millones. El golpe estuvo explicado en gran medida por una caída adicional en los embarques de fruta, que retrocedieron 10,8% hasta US$ 589,5 millones, arrastrados por uvas especialmente y luego se ubicó la baja de los arándanos, que no pudieron ser contrarrestados por la recuperación de las cerezas.
La otra cara de la moneda también tuvo números positivos. Las importaciones totales alcanzaron los US$ 7.033, 2 millones, lo que implicó una expansión de 7,3% frente a abril de 2024.
El mayor incremento, de 11,8%, correspondió a las adquisiciones de bienes de capital, que en monto llegaron a US$ 1.559,3 millones. Con esto, esta favorable señal para la inversión ya completó ocho meses de recuperación, impulsados en particular por maquinaria para la minería y la construcción y luego camiones y vehículos de carga.
Detrás se ubicó el alza de 6,5% anual que registraron las compras de productos intermedios, que sumaron US$ 4.011 millones, muy influidos por el ítem de petróleo y gas natural.
Finalmente, las importaciones de consumo subieron 5,7% hasta US$ 1.999,3 millones, alentadas por los bienes durables y no durables. Entre los primeros sobresalió la compra de televisores y electrodomésticos, que compensaron bajas en automóviles, computadores y celulares; mientras en los segundos, destacaron vestuario y calzado.
Dado lo anterior, el saldo comercial se situó en US$ 1.923 millones al cierre de abril, casi la misma cifra de hace un año.