Por Ángela Chávez M.
La reelección del senador Carlos Larraín a la cabeza de Renovación Nacional (RN) por una amplía mayoría -se impuso con un 85% de los votos-, no debe entenderse como la extinción y menos la agonía de la disidencia que en más de una ocasión salió al paso del estilo de conducción del legislador y hasta evaluó competir en la interna del partido, tal como lo hizo hace dos años.
Así lo afirma una de las figuras más visibles del grupo de parlamentarios que en su momento fueron calificados como “discolos” de RN, el diputado Cristián Monckeberg, quien confirma que para estas elecciones internas optaron por un bien superior y de más largo alcance, por lo que decidieron “postergar” sus aspiraciones y allanarse a un acuerdo para integrar una directiva de consenso, con Larraín a la cabeza.
“Lo que hoy ha pesado y prevalecido es que estamos pensando en que tenemos desafios súper importantes que son las elecciones municipales, parlamentarias y la presidencial. Queremos que uno de los nuestros llegue a ser nuevamente presidente de la República, por lo tanto se requería un grado de unidad y de generosidad. Y eso es lo que se ha plasmado en una mesa directiva como la que se conoce”, dice el diputado, quien en esta nueva directiva ocupará la vicepresidencia.
Por lo mismo, insiste en que el que haya existido un grupo que se manifestó en contra de la directiva, y luego haya llegado a un acuerdo en torno a objetivos que el partido necesita, “no quiere decir que desaparecieron, siguen tan vigentes como antes”.
Con todo, Monckeberg tiene claro cuál debe ser su rol desde esta nueva plataforma, pues señala que “sé que represento a un grupo de militantes que buscan una mirada distinta y es eso lo que trataré de aportar”.
También reconoce que debe ser leal con el equipo del que ha pasado a formar parte. “Cuando uno está en una mesa directiva, tiene que ser leal con el equipo, aunque tenga diferencias con él. En ese sentido, voy a ayudar lo más que pueda para aportar al debate e ideas que sigan abriendo el partido hacia el centro político. El debate de las reformas al sistema electoral que hemos impulsado va en esa línea y, más adelante, vamos a ir teniendo también más sorpresas”, acota.
El diputado recuerda con frecuencia que “mi objetivo es ayudar a que al partido le vaya bien en las municipales, que es un ojetivo inmediato y muy a corto plazo” y que son la antesala de las parlamentarias y presidenciales.
Continuidad
Al abordar el desafío presidencial, el diputado por Las Condes -quien no ha descartado postularse al Senado- parte de la premisa que para RN es “clave que la coalición siga gobernando a fin de darle continuidad al proceso” que inició la administración de Sebastián Piñera.
“No lo hacemos porque queremos el poder por el poder, lo hacemos porque estamos convencidos que nuestras ideas así como han permitido mejoras de calidad de vida en estos dos años, el cumplimiento de muchas de las promesas de campaña tienen que plasmarse y para eso necesitamos la confianza de la gente para dos o tres períodos de gobierno”, asegura Monckeberg.
Respecto a quién debe suceder a Piñera, el diputado reconoce que “me encantaría Andrés Allamand, cumple todas las condiciones para ser un tremendo presidente”, pero también admite que “Golborne lleva alguna ventaja, es más popular, tiene más adhesión en las encuestas, pero lo que sí es cierto es que con un buen trabajo y despliegue podemos lograr que Allamand supere esa situación”, dice.
Consultado respecto a cuándo debería aclararse el panorama presidencial en el bloque, Monckeberg admite que, por ahora, los ministros deben trabajar por sus carteras y que en el primer semestre de 2013 deberían realizarse primarias abiertas, pero de manera “leal”.