Por C. Betancourt y R. Carrasco
El próximo martes 17 de abril el presidente Sebastián Piñera y el ministro de Transporte, Pedro Pablo Errázuriz, presentarían el proyecto de ley que busca un subsidio permanente para el transporte público de pasajeros a nivel nacional, y que dentro de sus principales medidas contemplaría el congelamiento de las tarifas del Transantiago y una reducción significativa del costo del transporte en regiones.
La iniciativa proyecta estas soluciones hasta el año 2022 y busca -según explican desde el gobierno- contar con un cuerpo legal que sustente una política pública a largo plazo en materia de subsidio del transporte, para que al igual que en otras ciudades de países desarrollados -como Barcelona, Londres o Madrid- sea el Estado el que subvencione las alzas y no sea con cargo directo a la tarifa, como sucede actualmente en Chile.
Por ello, hace un par de meses la comisión de Transporte y Obras Públicas de la Cámara de Diputados comenzó a analizar el tema con la idea central de “aliviar los bolsillos” de los chilenos de más escasos recursos, que han estado sometidos a continuas alzas en el transporte público.
De inmediato, la idea de un subsidio permanente encontró buena acogida en el Ejecutivo, que comenzó a elaborar un proyecto que sustente la medida.
Acento regional
En el caso del Transaniago, el proyecto hace hincapié en la mantención del subsidio de 2011 -del orden de $370 mil millones-, lo que en términos simples sería congelar el monto por un tiempo prolongado.
En tanto, para regiones sucedería una cosa distinta pues se incrementaría el monto de los subsidios para igualar los de Santiago, de modo de tener un “subsidio espejo”, es decir, la misma cantidad recursos que se destinen en Santiago serán asignados al resto de las regiones. Y ahí la ley vendría con flexibilidad, de modo que el ministerio de Transportes pueda destinar recursos a aquellas zonas que realmente lo necesitan, pues con la estructura actual de la ley, ello es prácticamente imposible.
Otra novedad es que se permitirá el uso de los recursos en ferrocarriles, principalmente en los trenes de cercanía, debido a su importancia para regiones. Por ejemplo, se menciona el caso del metro regional de Valparaíso (Merval); el tramo Talca-Constitución; el tramo corto en Laja; Victoria-Temuco, entre otros. “Hay muchos que hoy se están muriendo, entonces, con nuevos recursos y mecanismos permitirán resolver en forma progresiva el altísimo endeudamiento que tiene ferrocarriles”, admite una fuente conocedora del proyecto, que destaca que la iniciativa tendrá un alto acento regional.
Recursos versus comité político
Respecto al origen de los recursos, éstos deberían captarse a través de la actual tributación o de la próxima reforma tributaria. Una de las ventajas es que de acuerdo a lo que hoy se destina en subsidios para el transporte y el nivel de recursos de los que dispone el Estado, es perfectamente “razonable” incorporar un subsidio de esta naturaleza.
Con todo, la ausencia del presidente Sebastián Piñera de Chile, quien está participando de la VI Cumbre de las Américas en Colombia, no fue excusa para que los ministros políticos se reunieran ayer en La Moneda para definir los últimos aspectos del proyecto.
En la cita participaron el vicepresidente Rodrigo Hinzpeter, el ministro secretario de Gobierno, Andrés Chadwick; de Presidencia, Cristián Larroulet; y de Hacienda, Felipe Larraín.
En las horas previas el vocero estuvo reunido con Pedro Pablo Errázuriz, titular de Transportes, para coordinar los detalles del proyecto que ingresaría a discusión durante mayo para ser despachado a más tardar los primeros días de junio.