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Turismo y astroingeniería: los nuevos negocios de Chile en torno a la astronomía

Por: | Publicado: Lunes 20 de agosto de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por F. Orellana y P. Peñaloza 



Cerca del 40% de la observación astronómica mundial se hace en Chile. Existen 37 centros, de ellos 18 son científicos y 19, turísticos y de observación amateur. Y se espera que la próxima década el 70% de la observación esté instalada en el país. No por nada, la construcción de proyectos de envergadura como ALMA o el European Extremely Large Telescope (E-ELT), entre otros, demandarán inversiones superiores a US$ 4.000 millones.

Pero más allá del desarrollo de ciencia básica que implicarán los nuevos telescopios, la astronomía trae consigo un sin fin de externalidades que el país no ha sabido aprovechar. Para desarrollar ciencia se requiere de tecnología de frontera o alta exigencia que termina siendo de impacto en las personas e industrias. Es posible encontrar avances en productos como cámaras digitales o el Wifi, creado por un astrónomo que buscaba formas de captar ondas de radios de agujeros negros.

Conscientes de ello, se están empezando a mover las primeras piezas para que Chile se transforme en un proveedor importante y se han definido en dos sus polos de acción: el desarrollo de la astroingeniería como motor para hacer transferencia tecnológica y potenciar el turismo en torno a los observatorios para hacer de Chile el “país” de la astronomía a nivel mundial.



Impacto en productividad


Un estudio chileno sobre la oportunidad para abordar negocios para la astronomía, de Addere Consultores, señala que sólo el 20% de la inversión de nuevos observatorios queda en Chile, al destinarse a obras civiles. El resto va al exterior porque no hay suficientes (da a conocer tan sólo dos o tres casos) proveedores locales que entreguen las soluciones requeridas. Y experiencia internacional hay, como la canadiense Matrox que produjo tarjetas electrónicas para guardar imágenes numéricas. Hoy exportan US$ 200 millones.

Apuntar la astroingenería en torno a la electrónica, óptica, procesamiento de imágenes o de datos (se generarán 30 terabytes por noche) o instrumentación para telescopios pueden generar buenas oportunidades económicas. “Hace cuatro años que estamos presionando para que Chile participe de la astronomía, en construcción de telescopios, centro de análisis de datos o buscando oportunidades de la industria en una universidad”, explica Massimo Tarenghi, representante del European Southern Observatory (ESO) en Chile, entidad astronómica detrás de observatorios como Paranal o ALMA. Situación, que según dice, está cambiando. “Chile está en condiciones de dar el salto cuántico. Tenemos capital humano formado y grupos que están empezando a hacer desarrollos (ver nota relacionada). Toma tiempo el que pasen a ser productos comercializables. Pasaron más de 30 años desde que el tomógrafo pasó a la medicina y se empezó a usar como scanner”, explica Mónica Rubio, directora de Astronomía de Conicyt. 
Por otro lado, el Ministerio de Economía creó la Industrial Liaison Office (ILO), oficina que será un puente entre la industria y grandes conglomerados astronómicos para desarrollar nuevos negocios. Juan Manuel Santa Cruz, jefe de la División de Innovación de este ministerio, explica que el “interés es que se conozcan los proveedores locales que existen y empiecen a conversar”. Es importante porque en Canadá, acota, el retorno de inversión de cada dólar es dos a uno, y de manera indirecta, diez a uno. 
 


Vivir la experiencia


El turismo es otro de los focos que se está generando en torno a la astronomía, sobre todo en el norte, no sólo con énfasis en visitar los observatorios, sino también los servicios anexos en torno a ellos, como tours, alojamiento y arqueología.

El servicio Nacional de Turismo (Sernatur) se está focalizando para potenciar a Coquimbo como la “región estrella” (ver recuadro anexo), ya que alberga al 32% de los observatorios.

“Es su producto de exportación y con el que se están promocionando en el extranjero. Todos los años, la zona es visitada por más de un millón de turistas, y de ellos, más de 100 mil visitan los observatorios”, explica Daniel Pardo, director Nacional (S) de Sernatur.

Sin embargo, el estudio de Addere, señala que pese a los esfuerzos por atraer turistas extranjeros, Chile no posee las condiciones óptimas, pues “las regiones de Atacama, Antofagasta o Coquimbo tienen una pobre gama de servicios de hospedajes y transportes. Y localidades cercanas a los observatorios no cuentan con hoteles de 4 o 5 estrellas”. Tarenghi, de ESO, explica que están trabajando con la subsecretaría de Turismo y el Ministerio de Bienes Nacionales para crear una “ruta de astronomía”, que ayudará a consolidar un poco este tema.

Y para masificarlo en Chile, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Explora y ESO, lanzarán telescopios públicos en todas las regiones para acercar esta ciencia al país. “Lo estamos afinando todavía, pero ayudará al turismo y a que la gente se familiarice con ello”, dice Gabriel Rodríguez, director de Energía, Ciencia y Tecnología e Innovación del ministerio.

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