Luego de que el segundo período de Angela Merkel como canciller de Alemania estuviera dominado por el estallido de la crisis de deuda soberana de la zona euro, el tercer período de la líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) –que comienza hoy, casi tres meses después de las elecciones nacionales– podría estar marcado por un giro hacia la política interna.
Las recientes señales de mejora que ha mostrado el bloque podrían permitir que el gobierno centre su mirada en los temas internos. Y si surge algún problema con el bloque, el nuevo equipo económico que asume también hoy sabrá cómo actuar, ya que seguirá estando encabezado por el actual ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
Esta designación, junto con el apoyo del socio de gobierno –el Partido Social Demócrata (SPD)– a las políticas sobre el euro, garantiza la estabilidad y la continuidad en los próximos cuatro años. “No habrá una cantidad terrible de cambio”, aseguró Schäuble el domingo.
Cambios laborales
Con la crisis del euro en un segundo plano, Berlín podrá concentrarse en materias locales, de los cuales destaca el asunto laboral.
Como ministra del Trabajo, la socialdemócrata Andrea Nahles estará encargada de adoptar una de las mayores concesiones que logró su partido en las negociaciones con la CDU y la Unión Social Cristiana (CSU): el sueldo mínimo nacional de 8,5 euros (US$ 11,67).
Nahles deberá enfrentar las inquietudes de los conservadores y del sector empresarial, que argumentan que un salario base podría debilitar la competitividad de la principal economía de Europa.
Otro cambio que afectará al mercado laboral, y que también fue impulsado por los socialdemócratas, es la reforma a las pensiones. El pacto entre la CDU y el SPD incluía un plan para que los trabajadores que han sido parte de la fuerza laboral por 45 años obtengan su pensión completa a los 63, en vez de los 65 años.
El centro de estudios RWI estima que la reforma aumentará el gasto de pensiones en 5%, es decir, 12 mil millones de euros a 2015.
El columnista de Reuters Olaf Storbeck cree que los mayores incentivos para una jubilación anticipada son “irresponsables”, dado el rápido envejecimiento de la población alemana y la creciente falta de trabajadores calificados.
Impulso a las renovables
En tanto, la canciller ha declarado que su prioridad inmediata será ralentizar el alza en los precios de la electricidad, que son los segundos más caros en la Unión Europea después de los de Dinamarca.
El incremento en los costos se ha debido en parte a la decisión de hace dos años de cerrar todas las plantas nucleares del país y cambiarse a energías renovables.
El responsable de llevar a cabo la mayor transformación a energías limpias entre las naciones industrializadas será Sigmar Gabriel, líder del SPD quien asumirá como ministro de Economía y Energía.
“Somos una nación industrial fuerte y el cambio energético traerá enormes oportunidades para crear empleos, pero también tenemos que garantizar que la Alemania industrial siga siendo confiable y orientada a la expansión”, afirmó Gabriel.
Famke Krumbmuller, analista de política energética de la Fundación Eurasia, comentó a Bloomberg que “el gobierno está modificando el principal foco hacia asegurar que la competitividad de la economía alemana no se vea comprometida por el cambio energético”. El experto agregó que “el ajuste de esta masiva reforma va a ocurrir en un ministerio y el claro eje será la competitividad y reducir los costos”.
Número dos del bundesbank al bce
Sabine Lautenschläger, vicepresidenta del Bundesbank, fue sugerida por el gobierno alemán como potencial candidata para ocupar el asiento que Jörg Asmussen dejará vacante en la junta ejecutiva del Banco Central Europeo.
En su actual cargo, Lautenschläger supervisa a los prestamistas, por lo que su designación en la junta del BCE justo antes de que el organismo asuma el monitoreo financiero sería "una buena idea", aseguró ayer el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble en entrevista con la radio Deutschlandfunk.