El
crecimiento del mercado de automóviles chino, el mayor del mundo, se
ralentizará el próximo año, y del aumento del 30% de 2010
bajará al 10% ó 15% en 2011, según analistas citados por el
oficial China Daily.
Una de las razones de esta ralentización
será el fin de los incentivos gubernamentales a la compra de
automóviles, que se habían puesto en marcha en 2009 para hacer frente a
los efectos de la crisis financiera mundial.
El martes pasado,
por ejemplo, el Ministerio de Finanzas anunció que China va a detener
la reducción de impuestos que aplicó para los automóviles más pequeños
en los últimos dos años.
Según el anuncio, a partir del 1 de
enero del próximo año los vehículos con motores de 1,6 litros o menos
tendrán un impuesto sobre las ventas del 10%, 2,5 puntos
porcentuales más que hasta ahora.
Además, también influirán en
el menor ritmo de crecimiento del sector las medidas de algunas
ciudades para reducir la congestión del tráfico o mejorar el medio
ambiente.
La pasada semana el municipio de Beijing dio a conocer
un plan para aliviar el caos de tráfico que padece la ciudad y limitar
el número de automóviles vendidos el próximo año, reduciendo las nuevas
matriculaciones y restringiendo la entrada de vehículos de otras
ciudades.
Se espera que al cierre de este año, las ventas
totales lleguen a 18 millones de unidades, manteniendo así, por segundo
año consecutivo, a China como el mayor mercado de automóviles del mundo,
después de más de un siglo de dominio de EE.UU.