El crecimiento de la
agricultura en América Latina y el Caribe no se ha reflejado de
forma proporcional en una reducción sostenida de la pobreza rural,
dijo hoy la Oficina Regional de la Organización de Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La afirmación está
contenida en un documento que la FAO
presentará a sus países miembro durante su 31 Conferencia Regional,
que se celebrará entre el 26 y el 30 de abril en Ciudad de Panamá.
"Aunque
la Agricultura crece y la pobreza rural ha disminuido, la
crisis económica ha mostrado un enorme vulnerabilidad subyacente",
según Fernando Soto Barquero, jefe de la subdirección de Asistencia
para las Políticas de la Oficina Regional de la FAO.
De acuerdo
con el texto, la globalización ha generado en las
últimas décadas nuevas oportunidades de crecimiento, ampliado la
oferta económica rural y contribuido al desarrollo de empresas que
impulsan el crecimiento del sector.
"Los cambios en el mundo rural y la
heterogeneidad de los
ingresos de los hogares pobres hacen necesario un nuevo enfoque para
responder a los desafíos actuales: el desarrollo territorial", según
Fernando Soto.
Durante las últimas décadas, según la FAO, las
áreas rurales de
la región han sido profundamente transformadas en su fisonomía
económica y social, principalmente en la diversificación de su base
productiva y por la diferenciación entre territorios y actividades
dinámicas o tradicionales.
Lo anterior, según el documento, ha
generado un desarrollo
discontinuo, concentrado en lo económico y en lo geográfico, con una
gran diversidad de estrategias y medios de supervivencia de los
sectores más vulnerables.
"Es necesario reconocer la nueva forma
que ha adoptado el mundo
rural e implementar políticas que tengan un enfoque integral,
territorial y que además sepan llevar desarrollo y crecimiento a los
lugares y personas que han quedado atrás de la modernización de la
agricultura", según Fernando Soto.
Mientras en Paraguay, Bolivia y Nicaragua continúa
siendo
importante la producción propia, en El Salvador, Chile, Guatemala,
México e incluso Brasil la principal fuente de ingresos ha pasado a
ser el mercado laboral no agrícola.