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Mariano Rajoy debe actuar pronto por el bien de España, y no del partido

Por: | Publicado: Miércoles 29 de agosto de 2012 a las 05:00 hrs.
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Al igual que ocurrió anteriormente con Grecia, Irlanda y Portugal, España parece reacia a realizar una petición formal de ayuda financiera internacional, más allá de la acordada para sus bancos, a menos que su caída en el abismo se vuelva irreversible.

Sin duda, esta actitud refleja la visión del gobierno de que esa solicitud constituiría la mayor humillación que ha sufrido el país desde el final del franquismo en 1975.

Pero refleja también la evaluación de Mariano Rajoy, el gobernante de centroderecha, de que recurrir a los fondos de rescate europeos pondría ser una catástrofe política para el gobernante Partido Popular.

Las derrotas electorales sufridas por los gobiernos de Atenas, Dublín y Lisboa, que al final se vieron obligados a solicitar ayuda, indican que los temores de Rajoy no están fuera de lugar.

Lamentablemente, esos cálculos de ventaja política para el partido han empañado el comportamiento del gobierno de Rajoy en la crisis de la eurozona desde su aplastante victoria en noviembre.

En los comienzos de su mandato, esas estimaciones provocaron su actitud desafiante contra la nueva , y más estricta, normativa fiscal de la eurozona. También provocaron su indecisión a la hora de abordar la crisis en el sector bancario de España, donde los políticos del Partido Popular ejercían una gran influencia.

Ahora están contribuyendo a aumentar las tensiones en las relaciones del gobierno central con las autonomías.

Incluso las regiones gobernadas por barones del Partido Popular sospechan que el liderazgo del partido está abrigando instintos demasiados centralistas.

Pero el problema más serio están apareciendo en regiones como Cataluña, que no están bajo el control del Partido Popular, y que sospechan que Rajoy intenta explotar sus problemas fiscales para recortar la autonomía que les fue concedida hace más de treinta años.

Rajoy ha empeorado sus dificultades con una política de comunicación poco coherente, que ha erosionado la popularidad de su gobierno y la confianza de los inversionistas en sus capacidades.

Debería seguir el ejemplo de su vecina Portugal, cuyo gobierno ha hecho un mejor trabajo al hablar con una voz, y al persuadir a la opinión pública de que actúa pensando en el interés del país.

En opinión de Rajoy, España ha hecho importantes progresos en varios frentes, con exportaciones boyantes, una reducción del déficit de cuenta corriente y una mejora de los costos laborales unitarios.

Aunque el índice de desempleo sigue incómodamente alto, la reforma al mercado laboral diseñada por el gobierno va por buen camino.

No menos importantes son la valentía y la coherencia para gobernar por el bien de España, incluso si eso involucra medidas que dañen los intereses de corto plazo del Partido Popular.

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