Por Marta Apablaza R.
Chávez se propuso convertir a Venezuela en una potencia económica bajo una vía que él denominó el “socialismo del siglo XXI”. Nacionalización del petróleo y otras industrias y control cambiario fueron sus principales herramientas.
El gobernante fue un crítico del antiguo modelo de desarrollo venezolano basado en la exportación de materias primas, denunciando que enriqueció a los extranjeros, sin beneficiar al pueblo. Por eso, desde que asumió, luchó por “recuperar la soberanía económica de Venezuela”.
Números del petróleo
El precio de US$ 109,4 que promedió el barril de petróleo en 2012 se comprara con los escasos US$ 27,60 en que se transaba en 2000, cuando Chávez iniciaba su gobierno. El mandatario gobernó así en medio de un auge del crudo que utilizó para financiar los programas sociales que redujeron la pobreza y cimentaron su popularidad en los sectores de menores ingresos. Gracias a eso, Venezuela, se convirtió en uno de los países con menos desigualdad del mundo.
Chávez usó el petróleo para ayudar a sus aliados y conseguir respaldo. Pese a su rivalidad con Washington, en 2005 ofreció petróleo barato a los ciudadanos pobres de EEUU y en 2006 avergonzó al gobierno británico de Tony Blair al firmar un acuerdo con el alcalde socialista de Londres, Ken Livingstone para abastecer a los tradicionales buses de la capital inglesa.
Pero el control estatal frenó el desarrollo de otras industrias e hizo a la economía excesivamente dependiente del hidrocarburo. En 2011 este producto representó 95% de los ingresos de exportación.
Pese a los logros en crecimiento, el principal fracaso económico fue el avance descontrolado de la inflación, que por sobre los dos dígitos es una de las mayores del mundo.
Los altos niveles de inflación llevaron a una creciente fuga de capitales. Para contenerla, a partir de 2003 se limitó la compra de dólares. Los rígidos controles impulsaron al mercado negro, donde el bolívar perdió terreno rápidamente.
En enero de 2010 la divisa fue devaluada y se creó un sistema de cambio dual, dependiendo del tipo de transacciones. Un año después hubo una nueva devaluación donde se reunificó el tipo de cambio. La última devaluación se realizó el 9 de febrero de este año, y el bolívar se ajustó en 31,7%.
Nacionalizaciones
En 2002, tras un paro petrolero, Chávez intervino la estatal PDVSA, que hasta entonces se manejaba con criterios de mercado. Despidió a 19 mil empleados y la convirtió en una pieza clave de su estrategia. La firma perdió eficiencia y la producción cayó en 25 mil barriles diarios.
En 2007, lanzó un plan de nacionalización de empresas en los sectores estratégicos de petróleo, alimentos, eléctricidad y telecomunicaciones.
En mayo de ese año, PDVSA ocupó los campos del Orinoco, tomando el control de activos en manos de firmas extranjeras, como la estadounidense Exxon Mobil.
En el área de telecomunicaciones, en 2007 se nacionalizó la compañía de telefonía Cantv. Uno de los episodios más polémicos fue la revocación de la concesión de Radio Caracas Televisión (RCTV), un medio al que acusaba de haber apoyado el golpe de estado de 2002. El episodio llevó a un enfrentamiento con la OEA, liderada por el chileno José Miguel Insulza.
La industria alimenticia comenzó a ser estatizada en 2010. En febrero de ese año el gobierno compró 80% de la cadena de hipermercados Éxito, del grupo francés Casino. En esta área fue emblemática su batalla con Empresas Polar, cuyas instalaciones fueron ocupadas varias veces por el Ejército, acusada de especular, y sus productos confiscados.
En el sector financiero, el gobierno compró en 2010 Banco de Venezuela, filial del Grupo Santander.
Aunque Chávez siempre buscó pagar precios de mercado por los activos expropiados, Venezuela es el país con más demandas ante el Ciadi, con 24 litigios. Venezuela finalmente se retiró del tribunal del Banco Mundial el año pasado.