Startups, FinTech y cambios regulatorios “reviven” los planes de "stock options" en Chile
La reforma tributaria de 2020 simplificó la tributación de los derechos de compra de acciones, que son convenientes para ejecutivos de compañías de rápido crecimiento.
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Las startups y las FinTech volvieron a poner de moda los planes de stock options en Chile, que en términos sencillos, son derechos de compra de acciones de una empresa, que se entregan como incentivo a los ejecutivos.
En la década de los 90’ y los 2000’ se utilizaba este mecanismo para retener a los ejecutivos de la primera línea de una firma, pero era poco eficiente tributariamente. Esto fue resuelto en la última reforma sobre la materia.
Actualmente, los planes de stock options son especialmente convenientes para los ejecutivos y fundadores de startups, ya que en el caso de que la compañía se transforme en una empresa “unicornio” esos papeles pueden ser vendidos a mejor precio.
En Buda.com, la FinTech de criptomonedas en Latinoamérica, usan stock options. “Es una excelente forma de atraer talentos y hacer a todos partícipes del éxito de una FinTech, las que son inherentemente más vertiginosas y desafiantes que una empresa tradicional. Por lo mismo, al menos en una primera etapa, este debe considerar a todos los miembros del equipo, y no sólo a la plana ejecutiva”, dice el chief legal officer de Buda.com, Samuel Cañas.
Las condiciones para ejercer la opción de compra varían y dependen de la necesidad de la empresa: alcanzar cierta antigüedad, nivel de ingresos, ventas, rentabilidad o de crecimiento. Incluso, hay algunos planes ligados a lograr un levantamiento de capital.
“Las startups están recibiendo mucha inversión, están valorizándose muy rápido y su acción va creciendo muy rápido. Por lo tanto, para los ejecutivos de primera línea es súper atractivo poder optar a este tipo de beneficios según los resultados que vayan teniendo”, dice el senior manager del head hunting Hays, Felipe Ruiz.
Reforma tributaria
La Ley 20.780 exigía que la opción sobre acciones, bonos u otros títulos de una empresa, cedidos a un trabajador, tributaran como renta. El problema es que debían tributar incluso si el ejecutivo no había ejercido la opción, es decir, sin que el empleado hubiera recibido una ganancia.
El derecho de compra de acciones quedaba sujeto al impuesto de segunda categoría, que en el rango más alto de remuneraciones llega a un 35%.
Por lo tanto, los stock options se convirtieron en un problema tanto para las compañías como para los trabajadores. Por eso, muchos colaboradores dejaron de usarlos.
Eso cambió con la reforma tributaria, que entró en vigencia en 2020, y fue aclarado recientemente en una circular del Servicio de Impuestos Internos (SII).
“Este tipo de compensaciones solo tributará una vez que se produzca un mayor valor por la venta del activo y lo hará como cualquier otra ganancia de capital”, explica el socio de BLTA Consulting, Rodrigo Benítez.
¿Cuándo tributan?
Se reconocen tres momentos en un plan de stock options, según la Ley Nº21.210 y el SII.
El primero ocurre con la entrega, esto es, cuando el ejecutivo recibe la opción de compra.
El segundo se da cuando se ejerce la opción de compra. En ese momento se fija el precio de adquisición del activo a valor libro o de mercado, en caso de que la compañía esté abierta en bolsa.
Ni en el primer ni en el segundo momento se paga impuestos.
El tercer momento -según el SII- es la venta. Aquí el mayor valor, obtenido por la diferencia entre el precio de venta y el de compra tributa como cualquier otra ganancia de capital. Debe pagar el impuesto global complementario, que en su rango más alto llega hasta un 40%.