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Compass: “Ambiente de denuncias y amenaza de más impuestos es pésimo para la inversión”

Ante un escenario externo que puede deteriorarse y afectar a Chile, el ejecutivo pide esfuerzos por disminuir la incertidumbre y crear un clima propicio para que los empresarios inviertan y contraten.

Por: | Publicado: Sábado 7 de enero de 2012 a las 05:00 hrs.
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por m. gómez y j aramburu



Confianza tiene Jaime de la Barra, socio fundador y presidente de Compass Group, en las fortalezas de Chile para enfrentar la pesadilla que todos temen: un deterioro del escenario externo este año.

No sólo por la solidez de las cuentas fiscales y lo bien capitalizada que está la banca, sino también por la conducción: “El ministro de Hacienda y el presidente del Banco Central son gente híper capaz y para qué decir la experiencia que tiene el presidente Piñera en los mercados. Por eso, me costaría mucho pensar que fuera por ahí donde Chile puede pegarse un tropezón”.

Y su receta ante un eventual ajuste es clara: “Si enfrentamos una recesión mundial y caída en el comercio internacional, lo que se requiere es perfeccionar la competitividad, ayudar a los exportadores a encontrar otros mercados, quizá bajar los aranceles e impuestos que traban la exportación, potenciar un mayor dinamismo de la demanda interna, por ejemplo, facilitando los permisos de construcción”.

Pero agrega otro ingrediente, a su juicio tan necesario como los anteriores y no sólo en épocas de crisis: “Dejar de mirar al empresario por definición como alguien que hay que vigilar de cerca”.

El ejecutivo deplora lo que califica como “este ambiente de denuncias de abusos por todos lados y además la amenaza de alza de impuestos, un ambiente que es pésimo para la inversión”.

Su análisis es claro: “Si no se invierte no hay trabajo. Y si se suben los impuestos y si se acosa al empresario hay menos inversión. Esa es una realidad”.

Pero añade que, con ello, no pretende descartar la existencia de eventuales abusos y la necesidad de sancionarlos. Pero opina que “poner el énfasis en que los problemas se solucionan subiendo los impuestos no es la forma más ideal de enfrentar un mundo en que las cosas no se ven fáciles”.



- Así como la solución de la crisis en Europa es vital para el escenario global ¿ Es clave en el contexto interno cómo se resuelva en Chile el tema tributario y empresarial?


- Eso es absolutamente clave. Y lo otro importante, la otra lección de Europa para nosotros es que mientras más se chutean estos temas es peor. O sea, si hay una reforma tributaria, que se haga rápido. El tema de la educación, rápido. Y que se vayan haciendo por etapas si es necesario.

La incertidumbre es lo peor para la inversión y para cualquier persona que toma decisiones, sea de gastar, invertir o cambiar de trabajo.

-

¿Qué se debe hacer entonces?


- El tema doméstico le mete ruido al ambiente global que enfrentamos, porque lo natural es que, ante una desaceleración de la demanda externa, uno busque herramientas para favorecer la demanda interna. La buena noticia es que la inflación está controlada y la política monetaria puede ser un viento a favor.

Lo que sí se requiere es que el gobierno y la oposición, el Ejecutivo y el Legislativo, le den al sector privado señales favorables para que invierta y contrate gente para contrarrestar esta potencial desaceleración de nuestras exportaciones.



El doloroso ajuste pendiente


De la Barra ve que el escenario global para este año no parece tan negativo como el de 2011, con problemas de indecisión política que agudizaron la crisis en Europa y le causaron daño a EEUU, donde el promedio de las bolsas mundiales cayó casi un 10% (20% las emergentes), retrocedieron los precios de todos los activos que se perciben como riesgosos y se vivió “una fuga irracional” a activos que son percibidos como seguros: el oro y los bonos del Tesoro americano. “Un año así uno sólo puede calificarlo como malo”, admite.

Para 2012, el principal problema a su juicio es de arrastre: la realidad que los países europeos altamente endeudados y que crecen poco. “En el centro de la discusión está Italia, una economía estancada por casi diez años y el tercer mayor emisor de deuda soberana con una deuda con respecto al PIB de más del 100%. Y si tuviera que refinanciar toda su deuda a las tasas a las cuales el mercado está dispuesto a prestarle hoy
(6% y 7%), no es capaz de pagarla”, resume a modo de ejemplo.

Entonces, en éste y los otros dramas de deuda soberana en Europa, se requiere “un ajuste doloroso, que implica desempleo, baja en salarios y ajuste en beneficios sociales”. Y la gran pregunta es cómo la población va a tomar ese ajuste y cómo se seguirán implementando medidas. Y a su juicio, el inicio de la carrera presidencial en EEUU tenderá a complicar las soluciones.

En el lado positivo, agrega que si bien en el Viejo Continente siguen existiendo problemas, hay cierta convicción que el Banco Central Europeo (BCE) no va a dejar caer a una gran institución financiera. “El gran susto que muchos teníamos era que por la falta de decisión y por la institucionalidad tan compleja de la zona euro, cometieran un error y ocurriera un nuevo Lehman. Aparentemente el BCE tiene claro que no puede hacer que eso pase y sigue comprando deuda soberana a una tasa importantísima, financiamiento que va a los bancos europeos”, explica.

Añade que de hecho “algo de nerviosismo” se produjo cuando el monto que tomaron los bancos europeos de las líneas de financiamiento del BCE fue mayor al previsto “y eso produjo un apretón de liquidez acá en Chile y el Banco Central no estaba lo preparado que mucha gente pensaba para enfrentar ese problema que venía de Europa”.

Entonces, ve que un mundo con Europa purgando sus excesos, EEUU con un crecimiento moderado y China con un aterrizaje suave, “es un escenario que no es el mejor, pero tampoco es catastrófico ni a nivel global ni para Chile”.



¿Japonización de Europa?


De la Barra opina que con la altísima probabilidad de recesión en Europa, la pregunta es si eso es similar a lo que pasó en Japón a principios de los 90, cuando ese país entró en un letargo que lleva más de dos décadas.

“Los números de EEUU muestran dinamismo y tiene empresas sólidas listas para invertir y contratar si el panorama se va aclarando. Las últimas cifras de China indican que aumenta la probabilidad de aterrizaje suave. Eso se parece mucho al mundo post 90: en esa época EEUU fue el motor y Europa estaba relativamente bien. En ese entonces no estaba China, hoy si y es la locomotora que tira a todos los vagones que son los productores de commodities, entre ellos Chile”, comenta.

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