Varias fueron las conclusiones que arrojó el último informe publicado por la OCDE respecto al gasto público en salud en los países que la integran, y específicamente en el caso de Chile.
Y es que a pesar de que entre los resultados de la encuesta, que es dada a conocer en el reporte "Sostenibilidad fiscal en los sistemas de salud: conectando salud con las perspectivas económicas", se destaca que esta área se encuentra entre las principales preocupaciones de las políticas públicas, lo cierto es que se encontraron varias falencias que guardan relación con la falta de coordinación entre las autoridades que inciden en las definiciones que se toman para este sector.
De hecho, el principal desafío para nuestro país es lograr que exista un flujo continuo de información entre el ministerio del sector y quienes son los encargados de definir los presupuestos, que en nuestro caso es la cartera de Hacienda.
En esta misma situación se encuentran Corea y Nueva Zelanda.
Otro de los puntos que aborda y que se relaciona a lo anterior, es que existe una necesidad -aunque no tan prioritaria como la anterior- de generar incentivos para que se dé esta cooperación entre autoridades.
Y esto, según se desprende de los resultados publicados, podría ser perfectamente abordable, ya que la autoridad que maneja la billetera fiscal cuenta con las capacidades para abordar estas necesidades, según publica la OCDE.
Esta falta de comunicación entre las partes involucradas genera el escenario que es descrito después, en el que se distingue que el factor más importante que se considera a la hora de definir lo que se pretende destinar a esta partida, es el de los objetivos generales del gobierno en términos de gasto público, y de hecho, el que menos se toma en cuenta es la proporción de este sector dentro del presupuesto total.
Dificultad en generar ahorro
Por otro lado, Chile se encuentra dentro de los seis países donde el Estado es menos eficiente en mantener el gasto de salud acotado dentro de los rangos deseables -en comparación a otros sectores en los que se definen un presupuesto fiscal-, y uno de los que se encuentra dentro del grupo en el que la salud es una de las dos principales prioridades en las que es más difícil generar ahorros.
Además, es uno de los siete países en los que rara vez el gobierno central recibe evaluaciones económicas sobre los beneficios en salud esperados de las políticas sugeridas por el ministerio de salud.
Mayor gasto de privados
Por otro lado, el reporte destaca que dentro de los países que integran la organización, el gasto privado en este ámbito ha crecido en Chile a tasas más altas, en los últimos años, que el gasto público.
"El financiamiento privado es particularmente significativo en Chile, México, Estados Unidos y Corea, donde alcanza a cerca de la mitad del total, aunque se debe notar que respecto de todos los países que integran la muestra, en promedio, el gasto privado es relativamente pequeño", dice el documento.
Ahora, en términos generales, el reporte concluye que la sostenibilidad fiscal requiere que los gobiernos manejen sus finanzas de una manera creíble y confiable.
"Los sistemas de salud son un desafío clave para ser sostenible en términos de gasto público, ya que subir los costos, la posibilidad de contar con nuevos tratamientos y la demanda por mejoras a la calidad presionará siempre a las finanzas del Estado", consigna el reporte.
Conclusiones generales del estudio
Se proyecta aumento en gasto público
Según el informe, las proyecciones de la organización estiman que el gasto público en salud y en tratamientos de largo plazo, entre los países que la integran, debiera incrementarse entre 6% del GDP actual a 8,2% en 2030, y 9,5% en 2060, basándose en un escenario en el que los gobiernos son capaces de contener costos.
Mayor inversión en tecnología
Por otro lado, la OCDE señala que en los países de bajos y medianos ingresos, la principal razón del incremento en el gasto se debe a las medidasque se están tomando para suplir la necesidad de avanzar hacia una cobertura universal en servicios de salud.
Sin embargo, los expertos aún no pueden encontrar la razón por la cual este incremento se produce entre sus países miembro, los que de hecho superan sus niveles de inflación en las últimas décadas.
De todas formas, se han definido cuatro factores a nivel general: nuevas tecnologías, cambios en la demografía, incremento en los ingresos y características institucionales del sistema de salud.