Pocas entidades financieras pueden presumir de estar seguras
en medio del vendaval provocado por la crisis crediticia, ni siquiera la
segunda mayor reaseguradora del mundo. La alemana Munich Re
sufre hoy, previo profit warning, su mayor desplome bursátil en media década,
superior al 10%, y arrastra con fuerza a las aseguradoras europeas.
Los efectos en cadena provocados por la crisis crediticia se
van sucediendo, y extienden su alcance a las últimas 'instancias', las
teóricamente más protegidas. Después del terremoto vivido entre las
aseguradoras de bonos, hoy la segunda mayor reaseguradora del mundo se
convierte en uno de los principales protagonistas, a su pesar, de los mercados.
Las consecuencias del profit warning lanzado por Munich Re
son claramente palpables en las bolsas europeas. Sus títulos sufren su mayor
caída en cinco años, hasta un 12%. Peor parte aún se lleva otra reaseguradora
alemana de menores dimensiones, Hannover Re, hundida hasta un 20%. El líder
mundial entre las reaseguradoras, Swiss Re, pierde un 7%.
Las cotizaciones de las grandes aseguradoras europeas se
contagian de lleno de este clima de incertidumbre, y presentan caídas que
oscilan entre el 6% y el 8% en Axa, Allianz, Aviva y Aegon. En la bolsa
española, Mapfre se deja un 4,5%, y Catalana Occidente más de un 3%.
El descalabro de Munich Re acaba con la 'inmunidad' bursátil
que había conseguido la
compañía. Hasta el cierre de ayer, se mantenía por encima de
sus niveles de hace seis meses, y cerca de las cotas de hace un año,
coincidiendo con el estallido de la crisis crediticia.
La súbita reacción de los inversores se ha desatado a raíz
del anuncio de un descenso del 48% en sus beneficios del segundo trimestre,
hasta los 600 millones de euros, y, sobre todo, de la rebaja de previsiones
para el conjunto del año. Las provisiones y las pérdidas de valor en activos
bursátiles, como consecuencia de las "turbulencias en los mercados de
capitales", han dañado sus cuentas.
El anterior rango de estimaciones de beneficios para el
conjunto del año oscilaba entre los 3.000 y los 3.400 millones de euros. Las
perspectivas, ahora, se limitan a un resultado significativamente superior a
los 2.000 millones.