Por K.Caniupán y M.Villena
La banca se prepara para una nueva modificación normativa que sería puesta en consulta durante los próximos días por la Superintedencia de Bancos (SBIF). Esta vez el foco apunta a los modelos de riesgo de crédito.
Según fuentes de la industria, el cambio normativo permitiría evaluar los modelos de provisiones que tiene cada banco respecto de sus créditos hipotecarios.
Si bien no existe consenso en el sector respecto de la razón que impulsó esta revisión, existe preocupación por el impacto que podría tener.
Ejecutivos del sector comentan que el impacto que tenga este cambio dependerá de los plazos que imponga la normativa.
Aprobación de modelos
Hoy cada banco provisiona de acuerdo a modelos internos de riesgo. Para los créditos hipotecarios, lo que la industria provisiona es la pérdida esperada del monto del préstamo que no cubre la garantía o hipoteca (diferencia entre el crédito y la tasación del bien raíz de cada operación).
Un directivo informado de los cambios adelanta que la normativa apunta a “una cosa en general, para saber si efectivamente cada banco tiene un modelo de riesgo de crédito para hipotecarios”.
Desestima que se busque homogeneizar el modelo de provisiones: “No es una norma única. El regulador requerirá que cada banco presente su modelo de provisiones de créditos hipotecarios”.
Si bien descarta que el cambio implique mayores costos por provisiones a la industria en general, admite que podría existir espacio para que algunas entidades deban modificar su mecanismo.
“Cada banco mandará su modelo. Obviamente que alguno puede ser rechazado. Pero eso no implica que todos lo sean”, explica el directivo.
El monto que podría afectar no es menor. A octubre, la cartera hipotecaria representa el 23,9% de las colocaciones totales del sistema.
¿Presión del Central?
Hay quienes señalan que los cambios son producto de una amplia revisión a la normativa. Otros indican que sería una reacción a la presión ejercida por el Banco Central, cuando advirtió sobre la posible incubación de una burbuja inmobiliaria. La banca reaccionó indicando que bajaría el porcentaje de la vivienda financiado por crédito (loan to value) a niveles del 80%.
No obstante, el regulador comenzó a requerir más información. Así, para el flujo mensual de préstamos para la vivienda los bancos empezaron a enviar el indicador de loan to value, así como la carga financiera por deudor, información que además fue desagregada por tramo de deuda.